viernes, 20 de julio de 2007

Matuzalem, la discordia encendida

(por Juan Antonio Pérez-Bello)

Hace mucho tiempo, en un país lejano, habitaba una estrella fugaz que acostaba su fulgor en las laderas del ingenio. Su cuerpo procuraba recorridos imaginados y su cabeza menuda albergaba sonrisas amplias provocadoras que lograban alterar el nervio del adversario y, a veces, la templanza de los propios. Un día, esa estrella fugaz inquieta y a menudo mágica quiso cambiar el rumbo de los planetas y le dijo al dios que gobernaba sus días que los caminos andados le quedaban estrechos y necesitaba recorrer valles más amplios y escuchar voces más recias.


Ayer, jueves, 19 de Julio, Matuzalem se presentó ante la afición zaragocista. Llega un jugador que promete ser capaz de las mayores genialidades (lo deseamos) y las menores mediocridades (lo tememos). He tenido ocasión de difrutar algunos vídeos en los que se ve a un jugador mágico con el balón, eléctrico en sus movimientos, exquisito en el regate, poderoso en el chut, preciso en la estrategia y decidido en la combinación, pero también he echado en falta el músculo añorado y la fortaleza anunciada. ¿Será Matuzalem el guerrero necesario? ¿Logrará sostener al equipo en aquellos momentos en que la temporada pasada se derrumbaba? Son dos cuestiones que procuran incertidumbre y necesitan rápida respuesta.

Por lo pronto, y no es lo mejor, el jogador brasileiro ha conseguido, falta saber si por voluntad o por necesidad, convertirse en un objeto de discorida entre su anterior club y las instituciones mundiales (la FIFA anda de por medio, lo que no es la mejor de las noticias), con el Real Zaragoza de invitado un tanto boquiabierto. No me gustaría que añadiésemos a la nómina de casos polémicos la contratación del brasileño. Con haber sido portada indeseada una vez (Ayala parece un salteador de caminos a ojos de algunos) es más que suficiente.

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