Como tantas otras voces que no se oyen. Ángel jugaba al fútbol, como tú, como yo, y cuando los destellos del sencillo combate que libraba junto a sus amigos le cegaron, su corazón cerró la puerta de la vida y todo acabó. Nuestro duelo, nuestro homenaje a quienes hacen del deporte razón de solidaridad y de esfuerzo común.
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