(por Juan Antonio Pérez-Bello)
EL Real Zaragoza ha caído derrotado en su partido ante el Recreativo de Huelva por 2 goles a 1. La imagen del equipo ha sido de un grupo lento, abúlico, desinteresado. Un grupo desasistido, huérfano ante su destino fatal, inquieto por las deudas que se acumulan. No hay alegría y eso sí es preocupante. No son felices quienes portan el escudo del león, no soportan la visita de la esperanza a la que rechazan nada más que asoma su cara por la esquina.
Ha comenzado el partido con un color gris en la pantalla del televisor. Anodinos movimientos, escasa fuerza, poca pasión en cada jugada, ningún interés en cada toque. Las caras de los jugadores mostraban hastío, aburrimiento, anodinas miradas. Preocupante. Estos jugadores estaban pidiendo a gritos calor, mano firme, magisterio de sus mayores. Se han mostrado como un grupo de escolares que reciben la visita del profesor sustituto y no saben si obedecerle o tomarle el pulso. Se ha detectado la abulía propia de quien no sabe lo que se quiere de ellos y a ese estado de ánimo se ha llegado después de un atormentado camino recorrido en medio de un fuego cruzado que algunos medios de comunicación han atizado dsde hace varios meses. Si uno tiene que leer algunos textos que avergüenzan al lector con un mínimo criterio, también se encuentra con el derecho de protestar ante esa oleada de catastrofismo que nos acompaña desde hace un tiempo.
Milito ha metido el 1-0 y poca alegría se ha vivido. No se ha celebrado de manera especial en el campo ni tampoco en la peña. Y por si fuera poco, uno tiene que escuchar que el pase de Aimar no es un pase de gol sino que, poco menos, ha sido un balonazo "al tuntún" del que se ha aprovechado Milito porque "¡hombre, es que si falla eso, ya...!". Esa es la atmósfera de mi Real Zaragoza; el universo en el que nacemos, crecemos y morimos en Aragón. A los pocos minutos un redivivo Martins ha empatado. (Martins, al igual que antes fueron Javito, Víctor, Pavone, Granero). Y es que el Real Zaragoza se ha convertido en un gran descubridor de talentos en los equipos contrarios. El chut ha sido blandito y fácil, favorecido por la ausencia de pundonor en nuestros jugadores y César (¡ay, César, qué lástima!) no haestado muy afortunado. Poco después, penalty blandito y fácil de Juanfran (jugador especialmente proclive a provocar faltas máximas en contra de manera absurda). El penalty es detenido por César (¡bien, César, qué parada!) pero sus compañeros deciden que no les toca defender el balón, que aquel esfuerzo no se les requiere y el Recreativo aprovecha el rechace para meter el segundo gol.
En la segunda parte el protagonista ha sido el Real Zaragoza, pero su ineficacia ha sido tal que sólo hemos disfrutado de una vaselina de Aimar que casi es gol. Así y todo, la temperatura del equipo ha ido enfriándose de forma vertiginosa hasta llegar a un estado de indiferencia que es lo peor que nos puede pasar. Fin del partido. ¿Fin de una era?
En otros momentos he hablado acerca de las causas de la situación que vivimos y he propuesto algunas decisiones que ayudarían a mejorar. Sigo pensando que no es momento de destituir a Victor Fernández, por lo que prefiero retomar las ideas que ya hemos considerado en otras páginas. Veamos.
La plantilla del Real Zaragoza y su entrenador, así como su Presidente e incluso su Secretaría deportiva, han estado bajo sospecha desde hace varios meses. Se ha pedido la Luna a quien no la puede conseguir y desde un primer momento se ha trabajado, y muy bien por cierto, por crear una atmósfera irrespirable en el entorno del equipo. Se ha conseguido y lo que en otro ámbitos, en otros clubs, habrían sido razones más que aceptadas para explicar lo que sucede, aquí se elevó a la categoría de excusas fútiles, fariseas e insostenibles. Repasemos.
Los jugadores que se incorporan tarde, la profunda renovación que vive el vestuario, el trabajo en torno a un sistema de juego que no acaba de funcionar y que provca feroces críticas, la eliminación de la UEFA (dramático suceso que provoca un dolor insufrible enla familia zaragocista), las díscolas intervenciones ante los medios de comunicación por parte de algunos jugadores, el enfrentamiento entre algunos futbolistas y entre estos y el entrenador y las lesiones, graves en algunos casos, de n número muy importante de miembros de la plantilla son factores que forman parte del problema. Todos ellos tienen su importancia, suman razones para explicarse qué está ocurriendo y aportan datos para entender la cituacion. Pero todos, no solamente los que nos interesa.
Cada zaragocista pondrá el acento en uno o en otro, pero estoy firmemente convencido que todos tiene su relevancia y que no se puede obviar ninguno. Otra cosa es qué decisiones se han adoptado para gestionar todas y cada una de ellas. Estoy seguro que habrá muchos aficionados que pensarán que eso se soluciona con un cambio de ntrenador, mientras que otros pensarán que ya es hora de que Agapito pegue un piuñetazo en la mesa y tal. Sin embargo, yo creo que el proceso es mucho más largo y complejo y, desde luego, pasa por que todos y cada uno de los actores (me refiero a jugadores, entrenador y Directiva) asuman su responsabilidad y aporten su trabajo día a día. Si cada uno hace el suyo, sin pensar en "yo salvo mi culo y a los demás que les den", lograremos superarla crisis. Y son muchas pequeñas decisiones las que hay que tomar, no una gran decisión. No está de más recurrir a quien aporte soluciones en el manejo de grupos. Es un idea. Pero, si les parece, de eso hablaremos mañana. Hoy estoy un poco cansado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario