¿Por dónde empezar? ¿O acaso es el final de una ilusión, de una historia imaginada pero que nunca, ni en el más lejano de los sueños, pudo acercarse a la realidad? ¿Es cierto que me has mentido? ¿Es posible que el cierzo barra nuestras sonrisas de los páramos yermos como la boca que nunca besó?
No es fácil encontrar las palabras, ni sencillo reunir las ideas que antes llegaban hasta la pantalla blanca insolentes, desvergonzadas, indiferentes a la algarabía del exterior. Ahora, todo eso me falta. Si este corazón deja de latir, que lo haga al mismo tiempo que todos los vuestros y nada, ni la última gota de sangre, pueda manchar la que fue nuestra esperanza hace unos meses, unos pocos meses.
No es fácil encontrar las palabras, ni sencillo reunir las ideas que antes llegaban hasta la pantalla blanca insolentes, desvergonzadas, indiferentes a la algarabía del exterior. Ahora, todo eso me falta. Si este corazón deja de latir, que lo haga al mismo tiempo que todos los vuestros y nada, ni la última gota de sangre, pueda manchar la que fue nuestra esperanza hace unos meses, unos pocos meses.
El Real Zaragoza empató (2 - 2) ante el Real Madrid en partido correspondiente a la 37ª Jornada del Campeonato Nacional de Liga. Los goles zaragocistas fueron obra de Oliveira y Serguio Fernández y los del Real Madrid de Van Nistelroy y Robinho. La noche fue más negra que nunca.
El partido de ayer será recordado como una pesadilla que deseábamos que nunca acabase. No hasta que el balón entrase en la portería defendida por Dudek y unos amigos que por allí pasaban. Tantas coasiones erradas sólo es posible acomodárselas a un equipo fibrilado, enflecado, deshilachado, abotargado, agujereado, esqueletizado. Ese equipo, amigos, fue el Real Zaragoza.
Poco podemos hablar de fútbol, pues ni el Real Madrid ofreció pundonor y garra ni el Real Zaragoza fue capaz de herir de muerte al oponente. El partido discurrió por derroteros fantasmagóricos y yo no podía creer lo que estaba viendo. Pero la fuerza de la verdad, la fuerza de la costumbre, me devolvió a la penumbra de la miserable temporada qu estamos viviendo. No es posible más dolor, no es posible más amargura, no es posible más desesperación, no es posible que merezcamos más sufrimiento. ¿Qué horrorosos crímenes hemos cometido? ¿Qué felonías hemos sido capaces de llevar a cabo? ¿De qué horrendos males se nos acusa? ¿Acaso le debemos algo a la Historia que se ensaña con nosotros como nadie lo hizo antes con el peor de los asesinos? ¿Por qué este Nurenberg continuado? No sé si lo resistiré. No sé si seré capaz de soportar ni una sola lágrima más. No sé si esta hiel que nos obligan a beber será el peor de los castigos o el futuro nos depara algo aún más temible. Sólo sé que, en efecto, el domingo se acaba la vida. Bien para morir, bien para renacer en otra bien distinta. Porque algo sí es cierto: el lunes surge un nuevo Real Zaragoza. Que la Virgen del Pilar nos bendiga.
Ánimo Juan Antonio, si el deporte sólo fueran cifras y números, esto estaría ya acabado; pero yo soy de los que piensan que la historia cuenta y también juega estos partidos. EL Zaragoza ha sido capaz de ganar finales y partidos muy difíciles en los últimos tiempos. Así que estoy absolutamente convencido de que ganará en Mallorca. Y lo hará porque no sólo jugarán con 11 jugadores y toda una afición, además por alguna esquina del campo estarán "Los Magníficos", porque cuando tire Matuzalem, Nayim estará soplando para que la pelota describa una curva hacia la portería, o porque cuando Milito remate la pelota dará algún bote raro como el gol de Galletti en Montjuic.
ResponderEliminarLa historia de un equipo no sólo son las finales y los títulos sino también los momentos duros que tiene que pasar para crecer como entidad.
No nos olvidemos de que para que hubiera una final en París, primero hubo una promoción ante el Murcia. Así que no lo olvides, este es el primer paso para la próxima final; la historia también juega y va con el Zaragoza
Compañero, para bien o para mal, esto se acaba.
ResponderEliminarYo voy a ratos, a veces veo clarísima la victoria, otras la derrota,...
Lo que tengo claro es que es ganar o ganar, el empate no es válido. Espero que Villanova se mentalice de eso y apueste por ello desde el primer minuto.
La baja de Paredes es muy importante, algo que unido a la baja forma de Milito (no debería ser titular), al devenir de más a menos en los últimos partidos de Aimar y Matuzalem, y a que Zapater y Sergio García no pueden levantar solos a un equipo...
Pero bueno, yo confío en la profesionalidad que están demostrando en esta última parte de la temporada estos jugadores. Confío en que como tienen que ir a ganar (lo que no hicieron en Montjuic y Mestalla), pongan fin a la mala racha fuera de casa.
Para lamentarnos ya habrá tiempo. Así que, hasta que el árbitro no pite el final: ¡Vamos, Zaragoza!.