El fútbol conforma un universo que en ocasiones no comprenden ni sus propios chamanes. Los sumos sacerdotes del deporte más popular del mundo escrutan las vísceras de los animales,como servidores del oráculo, pero no siempre aciertan a descifrar el significado de los signos divinos. En otras palabras: los mortales miramos para un lado pero los que toman las decisiones están casi siempre en el otro lado.
Si Marcelino decía antes de ayer que esta semana se iban a producir novedades, a lo mejor se refería a esa cuádruple jugada que hoy anuncia el Heraldo de Aragón en torno a las figuras de Lafita, Pablo Amo, Pablo Álvarez y Ayala. Uno nunca sabe cuánto hay de certeza y cuánto de simple posibilidad, pero lo que sí es verdad es que este Real Zaragoza sigue un plan del que no conocemos demasiados detalles pero que tiene los pasos muy medidos. Que nos gusten o no las decisiones que se tomen ya es otro cantar, o que las cosas se puedan llevar a buen término o se queden en el camino, también. Lo que es seguro es que el tiempo se agota, que queda un día menos y que cuanto antes se cierre la plantilla, más claro será el horizonte.
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