jueves, 18 de septiembre de 2008

El azar de la voluntad


Hay cierta calma en el agua que mece los veleros zaragocistas. Las declaraciones de los últimos días abordan temas técnico-tácticos y la atmósfera que envuelve las horas previas al partido frente al Elche ofrece los colores de la calma chicha. Hay quien habla de tranquilidad previa a la tormenta, pero yo prefiero escribir con palabras de esperanza. Tensa, vigorosa, fornida, pero esperanza al fin. Porque creo en el trabajo de Marcelino, porque considero a la mayor parte de estos jugadores con capacidad necesaria y suficiente para derrotar al Elche y porque preciso de estos vientos de futuro para afrontar una jornada más de infierno.

Me ha gustado mucho la foto que publica "Equipo" en la que se ve a Oliveira y Marcelino abrazados, sonrientes, jóvenes. Porque este Real Zaragoza necesita el abrazo de la afición, el abrazo cariñoso, afectuoso, prolongado; necesita al sonrisa de su gente, ancha, luminosa, esforzada; y necesita la juventud del anhelo, arriesgada, aventurera, impulsiva. Todo eso necesita nuestro Real Zaragoza, si bien es cierto que la afición necesita algo que sólo su equipo le puede dar: la Victoria, que llegará porque vendrá el gol, el derroche, el sudor, el esfuerzo, la garra, la fiereza del combatiente irredento. Este sábado debe ser el comienzo de un camino imparable hacia el Cielo. El comienzo de un sendero repleto de sangre azul y blanca que nos lleve a casa. A Primera. Sea.
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