miércoles, 31 de diciembre de 2008

Conmueve dosmilnueve


(por Juan Antonio Pérez-Bello)

Y fin. O principio, que todo es lo mismo. Fin a las miserias de este 2008 en el espíritu del zaragocismo, herido y maltratado por el destino. Conmueve leer las entrevistas que finales de 2007 concedían diferentes miembros del cuerpo técnico, como Víctor Fernández, o de la plantilla, como Zapater. Conmueve porque duele soñar con lo que fue, lo que pudo ser y lo que, sin embargo, ha acabado siendo. Conmueve porque aquellos aires de grandeza se esfumaron, se hicieron humo, es decir, y desaparecieron con la misma rapidez con que habían llegado a nuestro universo. Conmueve, en fin, desear que llegue dosmilnueve.

Pero así es la vida, hermosa doncella y maldita arpía. Tiene esa circular dimensión que le permite mostrarse dulce y agria casi al mismo tiempo y hoy nuestro futuro se escribe con nombres diferentes a los que nos asombraban y decepcionaban hace doce meses. Aquellos que se esforzaban para dar a entender que no pasaba nada pero que fueron embusteros con el único espíritu blanco y azul libre de toda culpa: la afición, la hinchada, que así me gusta llamarnos. O el significativo vocablo inglés, "supporters", que trae todo el sentido de soportar, de apoyar, de sujetar al equipo.

Hoy es 31 de Diciembre. La realidad, los datos perfectamente contrastables son estos: el Real Zaragoza ocupa la segunda plaza de ascenso, su juego no enamora, algunos jugadores no están a la altura mientras que otros responden a lo que se esperaba de ellos, el equipo da muestras de solidez, la afición apoya pero no arrasa con su presencia, la prensa se mantiene en una postura de tenue crítica y neblinoso apoyo y las dudas sobre el proyecto dependen, desesperadamente, del éxito deportivo. Pocas veces ha tenido el Real Zaragoza el camino tan claro, tan perfectamente señalado. Nada de mensajes ambiguos, nada de "no renunciamos a nada", nada de "tenemos que ir poco a poco", nada de "trataremos de hacerlo mejor posible y a final de temporada veremos", nada de "el equipo aspira a todo aunque somos realistas". No, nada de eso. Aquí sólo hay un camino, sólo un objetivo, sólo una vida. Ese camino debe ser recto, lo más corto posible y limpio de zarzas y hojarasca. Ese camino, amigos, tiene un único nombre y nada ni nadie nos debe distraer en cada paso. Ese camino, queridos, ya lo sabéis, nos debe llevar lo antes posible a donde necesitamos estar. Ese camino, compañeros, nos llevará a casa. A Primera.

P.S.: Que 2009 se el leal compañero que os acompañe en el camino a vuestros sueños. ¡Aúpa el Zaragoza!
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