jueves, 8 de enero de 2009

Real Zaragoza - UD Salamanca. Hay salida.

(por Juan Antonio Pérez-Bello)

Justificar a ambos lados El sábado el Real Zaragoza se enfrenta a la U.D. Salamanca. Confesaré que no me fijaba en este club desde los tiempos de D'Alessandro y Rezza, dos excelentes jugadores argentinos que hicieron de aquel equipo una de las sensaciones de los años setenta. De los dos, uno portero y otro defensa central, me quedo con el zaguero de cabellos dorados, que llegaría a jugar bajo las órdenes del aragonés José Luis García Traid, pues su elegancia y su clase eran condimentos nada comunes en una época en que Benito y Migueli eran los representantes del central "expeditivo" un eufemismo que se suele utilizar en esto del fútbol para evitar vocablos como "duro", o "violento".

En aquellos momentos yo suspiraba por los goles de Arrúa o la clase de García CAstany, pero reuerdo bien a aquellos futbolistas que vestían de blanco y negro y jugaban al fútbol muy bien, con una calidad y unas dotes técnicas que permitieron al club charrúa vivir una de sus épocas más importantes. Hoy, ahora, la UD Salamanca es el líder de 2ª División y el equipo a batir. Nuestro rival, nuestro enemigo, y si se puede permitir uno el lujo de opinar, la doncella que debe escuchar nuestros requerimientos para lograr que caiga rendida en nuestros brazos.

De aquella U.D. Salamanca queda el recuerdo y una alineación de lujo que yo me animo a presentar en esta fotografía que he rescatado de un foro salmantino. Es una alineación tipo de aquel entonces en una visita a nuestra Romareda antes de la ampliación, como se puede contemplar, y seguro que pertenece a los prolegómenos de un partido que sería brillante y jugoso, de esos que, decimos, nos gusta saborear en nuestro estadio. En ella vemos al fornido D'Alessandro, portero de enjundia y verborrea eléctrica, que con el tiempo llegaría a retransmitir partidos históricos de nuestro Real Zaragoza, como aquel que nos enfrentó en Cuartos de Final de la Recopa en 1995 al Feyennord holandés. Y descubrimos también al añorado Rezza, con su melena rubia acotada por el sol aragfonés de aquella tarde. Podríamos averiguar el resultado del partido, pero se me antoja ardua tarea, propia de colosos como mi admirado Canarión, pero quién sabe, a lo mejor conseguimos averiguarlo.

Lo que sí quiero averiguar, aunque para ello tenga que esperar al sábado por la tarde, es el resultado del partido que este sábado enfrenta al 1º y al 2º. Yo, desde luego, me apunto a la victoria de nuestro Real Zaragoza, y qué quiere que le diga, amable lector: cada día creo más en Marcelino y sus muchachos y parece que este tortuoso camino cada día que pasa me acerca el calor del hogar, de casa. De Primera.
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