domingo, 15 de marzo de 2009

Deportivo Alavés, 2 - Real Zaragoza, 2 (crónica)


Fue una primavera

El Alavés y el Real Zaragoza empataron ayer 2 - 2 en partido correspondiente a la 28ª jornada del Campeonato Nacional de liga de 2ª División. Los goles fueron logrados por Ewerthon y Arizmendi.

Vaya por delante que soy de los que creen que partidos así refuerzan al grupo y, lo que es más importante, marcan una senda que debe ser recorrida. Si bien es cierto que el Real Zaragoza llegó a estar Knock Out, también es cierto que desde hace algunas semanas está demostrando que sabe reponerse de los duros golpes que la vida le propina cada semana.

La Primera Parte estuvo gobernada por nuestro equipo, que en todo momento dio sensación de lograr uno o dos goles que definieran el choque. No fue así, y eso, como siempre, como toda la vida de Dios, se paga. El remate de cabeza de Caffa y su estupendo chut a la escuadra deberían haber sido suficientes para marcar una muesca en nuestro revólver y volvernos a casa con tres puntos. Sin embargo llegó el fatídico minuto 45 de cada partido. En ese instante siempre sucede lo mismo: hay un lance absurdo, si es que hay lances absurdos en esto del fútbol, y recibimos un gol que demolió la ya de por sí débil autoestima de los nuestros. Una jugada tan mal defendida que nos obliga a pensar que, sin lugar a dudas, el peor de los males del equipo se llama "Defensa". Un gol en esos instantes es como la carcoma, es como un ejército de termitas en un mueble desvencijado: el serrín de nuestro ánimo empezó a desparramarse por el césped de Mendizorroza y el comienzo de la Segunda Parte, y toda ella fue un suplicio. Y no hay otra causa que la anímica. Este equipo se deshace como un azucarillo ante ciertas adversidades, aunque también es verdad que, por otra parte, reccupera el resuello cuando menos te lo esperas y es capaz de darle la vuelta al partido, logrando un punto que anima a seguir empujando.

Hubo una circunstancia que para mí marcó el desenlace: cuando el Real Zaragoza se echa al monte, se cree quién es y planta sus reales en el campo, los equipos contrarios se arrugan, y eso ocurrió ayer en los últimos quince minutos. Si el partido dura un poco más, ganamos. Pero esa sensación hay que darla desde el primer minuto, y esa sensación se logra dándole velocidad al juego, ejecutando con brío las acciones, tomando el mando de la situación con dos bemoles, entrando a los balones con la energía que da saber que eres el mejor y golpeándole en la mandíbula (literariamente hablando) al contrario en cada lance del partido. ¿Que nos gritan? Ya se callarán. ¿Que nos abuchean? Es que nos tienen miedo. ¿Que presionan al árbitro? Hum, no les quedan demasiados argumentos. Y así hasta el final.

La salida de Ander Herrera fue muy importante. Su ubicación entre líneas es un argumento futbolístico de primer orden y el ritmo que le dio al partido fue el aspecto más favorable para nuestros intereses. Y la fe de Arizmendi, que desde el primer minuto, y lleva así ya varios partidos, creyó en él y en la victoria. Todo ello, unido al estado de gracia de Ewerthon, que siempre, siempre, siempre está ahí, me lleva a sugerir convencido que hay qu efichar, sí, pero hay que fichar un central. No hay necesidad de fichar un delantero pues este equipo, bien armado en el centro y atrás, tiene tantos aergumentos ofensivos que no habría ni que discurrir para ganar un partido. ¿O alguien duda que con un 0 - 0 en el descanso este partido no habría caído de nuestro lado? Y otra cosa más: cuando Goni surgió de las tinieblas y alumbró nuestro firmamento con sus actuaciones, el zaragocismo respiró tranquilo y fue cuando comenzó a hablase con convencimiento de la seguridad en el ascenso. Esto es así y lo creo firmemente. ¿O hay algún equipo en el mundo que gane los partuidos siendo, al mismo tiempo, un desastre defensivo? Este equipo, desde luego, lo es. Desastre defensivo, I mean.

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