Este sacrificio servirá para abrir las aguas del mar
Escribo la entrada número 465 de mi blog con el alma empuñando el fusil de la esperanza en una mano y el rifle del tesón en la otra, más convencido que nunca de lograr el objetivo que nos hemos marcado, que hemos señalado a fuego en el calendario de nuestros suspiros, y durmiendo en la certeza que me da saber que este sendero espinoso y putrefacto que nos ha tocado recorrer estos meses es un castigo que el zaragocismo no se merece pero que de alguna manera hemos de purgar.
No vi el partido de ayer y he leído y escuchado muy poco. No creo estar disponible para respirar más aires emponzoñados ni beber aguas contaminadas por el pesimismo o la desilusión. Hay cosas muy importantes que me quitan el sueño y que no tienen nada que ver con el fútbol y por eso he optado por escribir en mi diario, que no otra cosa es un blog, que creo más que nunca en el ascenso, que creo más que nunca en la victoria frente al Alavés y que creo más que nunca en un mañana abierto y luminoso que ahora, de momento, el destino nos niega. No hay más que decir.
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He decidido no seguir la prensa estos días, son ellos los que nos emponzoñan cada dos semanas, pero los mismos que nos suben al carro de la ilusión después de cada triunfo. Nos hacen pasar del lamento al desenfreno, y esto acaba por cansar.
ResponderEliminarPadeceré en silencio, elijo la soledad informativa, si acaso buscaré refugio en tu blog y tomaré aliento prestado de tu aire azul.
¡Aupa Zaragoza!
ResponderEliminarEn los momentos dificiles es cuando se han de demostrar los sentimientos de apoyo. La euforia, cuando todo va viento en popa no tiene valor alguno. Ahora toca ser pacientes y esperar.
Alguien dijo una vez que la mayor parte de los fracasos nos vienen por querer adelantar la hora de los éxitos. Algunos pensaron que el éxito del Zaragoza estaba garantizado de antemano y con su infundado optimismo se adelantaron en el tiempo. El final es lo que importa, así es que ánimo y seguir remando -sin desaliento- hasta llegar a buen puerto.
"Sincerato"