"Por eso sé que a veces necesito tu mano "
"Can you hear the drums, Fernando?"
«No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor». Estas palabras fueron pronunciadas por Winston Churchill en la Cámara de los Comunes el 13 de Mayo de 1940, meses después de que Gran Bretaña le declarara la guerra a la Alemania de Hitler y en medio de un fragor de bombas y horror que asolaba los hogares británicos sin piedad. Son sus palabras más conocidas, pero en ese breve e intenso discurso el Primer Ministro dijo también: "Me preguntáis: ¿cuál es nuestra aspiración?. Puedo responder con una palabra: Victoria, victoria a toda costa, victoria a pesar de todo el terror; victoria por largo y duro que pueda ser su camino; porque, sin victoria, no hay supervivencia."
Me permito la licencia, sin presunción, sin soberbia, de utilizar el pensamiento del gran estadista europeo para aportar unas gotas de grandeza al titánico esfuerzo que están haciendo nuestros jugadores en este tramo final de la Liga, cuando más falta hace la rasmia, el pundonor, el orgullo y el deseo de existir. Y la mejor prueba es el partido que ayer disputó en el escueto campo de Ipurúa frente a un enrabietado y categórico Eibar cuyos jugadores se dejaron el alma y la sangre en el césped y en las piernas de nuestros muchachos.
El Real Zaragoza venció al Eibar (2 - 3) con goles de Gabi y Arizmendi (2). Tres goles magníficos que valen tres puntos como un sol de atradecer, de excepcional factura cada uno de ellos. El primero, tras extraordinaria jugada fabricada por Gabi, Ander y Jorgelópez, lo logró el centrocampista madrileño con un cabezazo digno de las mejores videotecas. El segundo fue fruto de un corner muy bien trabajado, pues aunque algunos entrenadores no lo entiendan así, la estrategia se trabaja y este Real Zaragoza, con Marcelino a la cabeza, se lo curra y se están recogiendo los frutos, como lo demuestra el certero cabezado de Arizmendi. Y el tercero fue el resultado de una extraodinaria jugada de contragolpe y toque medido que culminó de nuevo Arizmendi con un magnífico remate cruzado.
El equipo aragonés salió muy enchufado, con una intención y un deseo de vencer que nos hizo remover en nuestros asientos y esperar lo mejor desde el primer minuto. Y esa expectativa se vio cumplida con el golazo de Gabi y con el juego que desplegaban nuestros chicos. La primera parte fue netamente zaragocista, con posesión, con toque, con presión, con orgullo. Y todo eso setradujo en un segundo gol que venía a cumplir el deseo que Marcelino había mostrado durante la semana: salir a por el partido desde el primer momento y no llegar, en ningún aso, a los últimos minutos con el partido sin decidir. La primera parte, pues, el Real Zaragoza hizo los deberes y nos fuimos al vestuario satisfechos.
Sin embargo, en la segunda parte algo ocurrió. O mejor, algo dejó de suceder. Perdimos el baló, abandonamos la posesión y renunciamos a jugar y de eso se aprovechó el Eibar, que decidió poner en "on" su maquinaria y darle al botón de "balón p'arriba y todos a la olla". Y surtió efecto. El primer balón que llegó al área, con Ayala ausente en ese momento debido a un golpe que había recibido minutos antes, lo remató Germán Beltrán, un zagal de Palomar de Arroyos al que el Real Madrid formó en su cantera y que ahora disfruta de esta Segunda División haciendo lo que mejor sabe: meter goles llegado desde la media punta. Luego llegó el despropósito de cada jornada y el equipo vasco consiguió un gol de opereta, de esos de "me-rebota-te-da-se-cuela-por-debajo-mi-rechace-es-tuyo-dos-botecitos...¡y gol!". Y a temblar. Y a sufrir.
La diferencia frente a tiempos pretéritos es que ahora este Real Zaragoza no se rinde y así, en dos minutos, sus generales, por nombre Gabi y Jorgelópez, recuperaron el balón y cosieron una jugada de seda que finalizó Arizmendi con un gol esplendoroso que valía toda una victoria y otro saco de confianza y amor a lo propio que nos hace aún más fuertes y nos dispone para el importantísimo choque del próximo sábado contra el Tenerife.
Victoria, pues, y victoria más dulce que otras, si cabe, pues la vivimos en compañía de afectos y sonrisas familiares de esas que nos ofrecen el calor de lo más cercano. Partido que guardaré en mi memoria porque lo disfrutamos juntos y porque es de los que viven por siempre, así que nada mejor que abrochar la emoción que ayer compartimos y desearnos lo mejor. Y que la Virgen del Pilar nos acompañe, que ya hemos quedado con ella el 13 de Junio en su casa y allí estaremos.
Me permito la licencia, sin presunción, sin soberbia, de utilizar el pensamiento del gran estadista europeo para aportar unas gotas de grandeza al titánico esfuerzo que están haciendo nuestros jugadores en este tramo final de la Liga, cuando más falta hace la rasmia, el pundonor, el orgullo y el deseo de existir. Y la mejor prueba es el partido que ayer disputó en el escueto campo de Ipurúa frente a un enrabietado y categórico Eibar cuyos jugadores se dejaron el alma y la sangre en el césped y en las piernas de nuestros muchachos.
El Real Zaragoza venció al Eibar (2 - 3) con goles de Gabi y Arizmendi (2). Tres goles magníficos que valen tres puntos como un sol de atradecer, de excepcional factura cada uno de ellos. El primero, tras extraordinaria jugada fabricada por Gabi, Ander y Jorgelópez, lo logró el centrocampista madrileño con un cabezazo digno de las mejores videotecas. El segundo fue fruto de un corner muy bien trabajado, pues aunque algunos entrenadores no lo entiendan así, la estrategia se trabaja y este Real Zaragoza, con Marcelino a la cabeza, se lo curra y se están recogiendo los frutos, como lo demuestra el certero cabezado de Arizmendi. Y el tercero fue el resultado de una extraodinaria jugada de contragolpe y toque medido que culminó de nuevo Arizmendi con un magnífico remate cruzado.
El equipo aragonés salió muy enchufado, con una intención y un deseo de vencer que nos hizo remover en nuestros asientos y esperar lo mejor desde el primer minuto. Y esa expectativa se vio cumplida con el golazo de Gabi y con el juego que desplegaban nuestros chicos. La primera parte fue netamente zaragocista, con posesión, con toque, con presión, con orgullo. Y todo eso setradujo en un segundo gol que venía a cumplir el deseo que Marcelino había mostrado durante la semana: salir a por el partido desde el primer momento y no llegar, en ningún aso, a los últimos minutos con el partido sin decidir. La primera parte, pues, el Real Zaragoza hizo los deberes y nos fuimos al vestuario satisfechos.
Sin embargo, en la segunda parte algo ocurrió. O mejor, algo dejó de suceder. Perdimos el baló, abandonamos la posesión y renunciamos a jugar y de eso se aprovechó el Eibar, que decidió poner en "on" su maquinaria y darle al botón de "balón p'arriba y todos a la olla". Y surtió efecto. El primer balón que llegó al área, con Ayala ausente en ese momento debido a un golpe que había recibido minutos antes, lo remató Germán Beltrán, un zagal de Palomar de Arroyos al que el Real Madrid formó en su cantera y que ahora disfruta de esta Segunda División haciendo lo que mejor sabe: meter goles llegado desde la media punta. Luego llegó el despropósito de cada jornada y el equipo vasco consiguió un gol de opereta, de esos de "me-rebota-te-da-se-cuela-por-debajo-mi-rechace-es-tuyo-dos-botecitos...¡y gol!". Y a temblar. Y a sufrir.
La diferencia frente a tiempos pretéritos es que ahora este Real Zaragoza no se rinde y así, en dos minutos, sus generales, por nombre Gabi y Jorgelópez, recuperaron el balón y cosieron una jugada de seda que finalizó Arizmendi con un gol esplendoroso que valía toda una victoria y otro saco de confianza y amor a lo propio que nos hace aún más fuertes y nos dispone para el importantísimo choque del próximo sábado contra el Tenerife.
Victoria, pues, y victoria más dulce que otras, si cabe, pues la vivimos en compañía de afectos y sonrisas familiares de esas que nos ofrecen el calor de lo más cercano. Partido que guardaré en mi memoria porque lo disfrutamos juntos y porque es de los que viven por siempre, así que nada mejor que abrochar la emoción que ayer compartimos y desearnos lo mejor. Y que la Virgen del Pilar nos acompañe, que ya hemos quedado con ella el 13 de Junio en su casa y allí estaremos.
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"I COULD HEAR THE DISTANT DRUMS
ResponderEliminarAND SOUNDS OF BUGLE CALLS WERE COMING FROM AFAR"
Las crisis son los mejores momentos para hacer cambios de rumbo. Cruiff pudo hacer su Dream Team, porque el Barça estaba en uno de sus peores momentos. Creo que Marcelino puede aprovechar y de hecho lo está haciendo, este delicado momento del Zaragoza para construir un equipo sólido que además se esta fraguando contra la adversidad, lo cual le vendrá muy bien en el futuro.
Este paso por segunda le ha servido al Zaragoza para darse un baño de realidad y si lo sabe aprovechar bien puede ser un trampolín hacia el futuro.
Nos vemos el 13 de Junio brindando por el ascenso