El circo de las derivas

Escupidas toda las verdades del barquero y esparcidas por las riberas de la estupefacción, créame el lector si le digo que no hay palabrs que sirvan para describir en qué se ha convertido esto del fútbol. Ni palabras ni melodías ni actos. Tal es la indefensión en que nos encontramos quienes somos tan sólo unos decrépitos corazones malheridos que llevan demasiado tiempo siendo maltratados por quienes deciden por nosotros.

Ayer acabó el plazo para "cerrar las plantillas", en tonta expresión que ha hecho fortuna y que se utiliza para expresar que "se ha cerrao el kiosko". Que ya no se puede comprar ni vender y que esto es lo que hay. Pues bien: en una esperpéntica ceremonia en la que millones de ciudadanos de pleno derecho contemplamos cómo se hacía el trabajo (mal) en pocos minutos cuando se había tenido todo un verano para ello, los clubs de fútbol protagonizaron una obra de teatro bufo en la que casi nadie salió ganando y quien sí salió perdiendo, y de qué manera, fue el Fútbol y, sobre todo, una cierta manera de entender el mundo.

No me gusta, detesto este proceso, este método, este sistema, este modo de vida. Me parece absurdo, fútil, inmoral y falso. No creo que sea la mejor manera de construir una plantilla de un club deportivo y me da la sensación, y no creo que me equiovoque, que todo está organizado para que quien salga ganando, y mucho, sean los intermediarios, o sea, esos que se hacen llamar "representantes" que, hoy en día, son quienes manejan este universo. Los demás somos unas marionetas que sólo tienen el derecho al pataleo a través de los foros de internet y poco más. No, no me gusta cómo está organizado esto, y eso me lleva a la tristeza.

Con todo y eso, el "tema Lafita" no es sino una gota más en este nauseabundo mundo del comercio humano en que se han convertido el fútbol, así que no demonicemos al Real Zaragoza, que no es sino una marioneta más en este hipócrita circo que es el fútbol profesional, del que también, no lo olvidemos, forma parte el presidente Lendoiro. ¿O tiramos de hemerotecas y hacemos memoria? Vamos, que quien esté libre de haber cometido tropelías, que tire la primera piedra.

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