Hay ruido en tu silencio
"Ni Dios, ni Patria, ni Amo". Esta era la estrella polar del anarquismo ibérico en los años en que el comuismo libertario era un mensaje de espranza para tantos y tantos sin tierra que habitaban nuestros pueblos y nuestras ciudades y encontraban en el ideario de Bakunin una razón de ser, un sentido a sus vidas desgastadas por la miseria y la muerte en vida. Y esas mismas palabras, salvando las distancias y sin ánimo de comparar lo incomparable, encajan perfectamente en el suspiro que provoca en nosotros un partido de fútbol. Porque esto no lo entiende nadie. Y yo, desde luego, mucho menos.
El fútbol, un deporte que no atiende a razones ni a la lógica, es una actividad humana que no se sujeta ni al gobierno divino, ni al mandato patrio ni a la esclavitud del patrón y seguramente por eso, porque no hay manera de hacerse con las líneas en las que el destino explica lo inexplicable, seguimos acudiendo cada domingo, cada miércoles a la llamada del encuentro con el enemigo, aunque sepamos que nuestra alma quedará un poco más herida y nuestro orgullo un tanto más dolorido. Como hoy.
El Real Zaragoza se ha enfrentado al Málaga FC en partido correspondiente a la ronda de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey y el resultado ha sido 1 - 1. O, por mejor decir, empate a nada. Comenzó airoso y resuelto el Real Zaragoza y así, en el minuto 10, lograba Lafita un precioso gol de cabeza a centro de Pennant. Sin embargo, a partir de ese momento el equipo aragonés se ha desinflado como un globo barato y poco a poco ha ido cediendo el mando del choque al enclenque equipo malagueño que, sin embargo, ha sido capaz de empatar tras un extraño penalty cometido por Ponzio. Y fin. Poco más que añadir a este paupérrimo partido en el que no hemos visto casi nada interesante, salvo que nuestros jugadores están aún muy tocados anímicamente después de ser destrozados el pasado domingo en el Nou Camp por el FC Barcelona y que ya se están empezando a sentir los síntomas de un pánico atroz que amenaza con paralizar al zaragocismo, desde sus dirigentes hasta una afición aterrorizada que comienza a creer más en el sufrimiento que en la gloria siempre soñada pero casi nunca alcanzada.
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Ayer nuestro equipo cambio de nombre:
ResponderEliminarREAL ZARAFLOJA!
Saludos
POLETE