"Estamos orientados por el míster, pero quien decide en el campo es el jugador". Estas palabras las pronunció ayer en rueda de prensa Roberto Fabián Ayala, sin duda el jugador más carismático, junto a Alberto Zapater, de la plantilla del Real Zaragoza. Ayala habló ayer con palabras metálicas y gesto angulado y dibujó sobre el cielo zaragocista la hoja de ruta que es preciso seguir para redirigir el rumbo del equipo. Deberán hacerlo y tendrá que ser así. Y será con Víctor o sin Víctor. Ese es el mensaje. Que el argentino complete semejante discurso tiene un valor añadido y más todavía si sirve para cerra el círculo de intervenciones durante esta semana, en la que se han expresado Diego Milito, César Sánchez, Alberto Zapater y el propio Ayala. ¿No les parece significativa la nómina de intervinientes? ¿No son, acaso, los cuatro líderes, uno por línea, que reclamábamos a principios de semana en este mismo blog? Si lo recuerdan, echábamos en falta uno de ellos en las conversaciones de Victor el pasado lunes, pero el círculo se ha cerrado y ahí tienen ustedes a los cuatro gladiadores diciendo las cosas bien claras y cantando las verdades del barquero.
El lunes Víctor seguirá siendo el entrenador del Real Zaragoza o no. El lunes estaremos un poquito más holgados o hundidos en una tremenda depresión. El lunes el cielo será de todos o el infierno nublará nuestra ilusión, pero de algo sí estoy convencido: esta plantilla es la que salvará o aniquilará nuestra esperanza. Víctor es el líder y su estela debe ser nuestra luz. Sea.
El lunes Víctor seguirá siendo el entrenador del Real Zaragoza o no. El lunes estaremos un poquito más holgados o hundidos en una tremenda depresión. El lunes el cielo será de todos o el infierno nublará nuestra ilusión, pero de algo sí estoy convencido: esta plantilla es la que salvará o aniquilará nuestra esperanza. Víctor es el líder y su estela debe ser nuestra luz. Sea.
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