Han pasado varios días desde mi última entrada. No he podido escribir en mi blog porque el tiempo se ha estrechado, pero poco a poco voy volviendo a tener pálpito, pulso, latido y eso me alegra.
Mi última propuesta fue un artículo que escribí hace un año y que titulé "Ante todo, mucha calma" y es curioso, porque cada vez soy más partidario del tenue paseo y menos de la trepidante carrera. Son cosas de la edad, de la vida que, a Dios gracias, veo cómo se prolonga y yo la acompaño con todo el entusiasmo de que soy capaz. Calma, prudencia y paso seguro.
Leo las informaciones que publican los periódico, escucho las emisoras de radio, veo las cadenas de elevisión y un vértigo rugoso y picajoso me visita, ayudándome a tratar de poner todo en cuarentena y a hcer mía la idea de hace un año: calma, paciencia e ilusión. Porque aún no lo he dicho, pero formo parte de ese ejército de zaragocistas que cree que el futuro siempre es mejor que el pasado. Sí, amigos, ahora ya sé que el tiempo gris se fue. Ahora por fin sé que ya está aquí el tiempo azul.
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