domingo, 20 de septiembre de 2009

Real Zaragoza, 1 - Real Valladolid, 2

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Al borde de las fogatas apagadas

El Real Zaragoza ha caído derrotado (1 - 2) ante el Real Valladolid en partido correspondiente a la 3ª Jornada del Campeonato Nacional de Liga de la 1ª División. El gol lo ha conseguido Jorgelópez.

Y ya está. Ya están aquí los nervios, los comentarios temblorosos, las predicciones apocalípticas. Ya está aquí el Miedo, ese hermano bastardo que últimamente nos acompaña como un mal compañero de viaje pero al que es imposible echar de nuestras vidas. Ya está aquí el pánico. ¿O no?

El Real Zaragoza ha sido derrotado, es cierto, pero no hay motivo para la desesperación. Y no lo hay porque hay ideas y lucha, aunque es cierto que nos falta acierto. En defensa y en ataque. En defensa porque los errores nos cuestan la vida y en ataque porque no hay quien remate en condiciones. Porque si lo hubiera este partido habría tenido otro final. ¿O alguien duda que con la cantidad de llegadas en condiciones favorables que ha tenido nuestro equipo y con un rematador fino en el área este partido no lo habríamos ganado?

El equipo se desangra por la retaguardia y eso es un hecho, no es opinable. El primer gol ha llegado nada más comenzar el partido y ha sido un gol de esos de cuchufleta, de los que no puedes recibir si quieres ser ganador. Es uno de esos goles que nos metían el año pasado al comienzo de temporada, luego el diagnóstico está hecho y la receta se sabe cuál es. Así y todo, el equipo ha mantenido la cara, ha seguido trabajando y ha logrado empatar gracias a la fe, al esfuerzo y al oficio. Y a que tenemos un jugador, Jorgelópez, que las sabe poner y otro jugador, Pennant, que es como un cuchillo en la mantequilla. Muy buenos los dos, mas...qué pena de rematador. Porque Arizmendi se faja, lucha, suda, no le pitan ni una falta a favor, pero no es un rematador al uso. Con un hombre de área la cosa cambiaría.

Hemos llegado al descanso con el partido sujeto, amarrado y cuando mejor teníamos al toro, cuando ya lo habíamos llevado a nuestro sitio, cuando hemos dispuesto de tres ocasiones clarísimas, fruto del buen hacer del centro del campo y de nuestros llegadores, el Valladolid, en un balón mal gestionado en defensa logra el segundo. Momentos de confusión, cambios en el equipo y a seguir peleando. Hemos seguido llegando, hasta once corners a favor, pero los remates no eran propios de Primera División y así, nos pongamos como nos pongamos, va a ser difícil ganar partidos.

El equipo está muy frágil en su composición, con nueve bajas, muchas de ellas importantes, y va a haber que mantener el tipo y contener los nervios para que esto no salte por los aires. Paciencia, entrega y trabajo. No queda otra. ¡Ah! Y un delantero, por favor, de esos que las meten, que las enchufan, que rematan. Un delantero, que de las ocasiones ya se encargan los buenos.
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