lunes, 30 de julio de 2007
Entrevista a Víctor Fernández en "El Periódico de Aragón"
Entrevista a Matuzalem en "El Periódico de Aragón"
S. D. Huesca, 1 - Real Zaragoza, 4
Matuzalem apuesta por la Champions.
Entrevista a Víctor Fernández en "Equipo"
EL Huelva reactiva su interés por Óscar
El club pone en venta a Óscar.
El "no" de Aranzubía abre la puerta.
Entrevista a D'Alessandro en "Equipo"
Víctor Fernández recomienda a Longás una cesión
viernes, 27 de julio de 2007
Entrevista a Cuartero en "Equipo"
jueves, 26 de julio de 2007
El Zaragoza se cansa y pone en venta a Óscar (Marca)
Declaraciones de Miguel portero del Real ZGZ, a "Marca"
Crónica del partido entre el Real ZGZ y el Boltaña (AS)
Miguel, portero del Real Zaragoza, rompe llorar en la rueda de prensa (AS)
Real Zaragoza, 12 - Boltaña, 0 (vídeo)
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Declaraciones de Miguel Pardeza a "El Periódico de Aragón"
Entrevista a Óscar González en "El Periódico de Aragón"
Milito se despidió de sus compañeros
Entrevista a Eduardo Bandrés en "Equipo"
miércoles, 25 de julio de 2007
El Real Zaragoza derrota al Boltaña (12-0)
Aranzubía en la red (EQUIPO)
El Real Zaragoza deja a punto el fichaje de Aranzubía (AS)
Declaraciones de Eduardo Bandrés, Presidente del Real Zaragoza (El Periódico de Aragón)
martes, 24 de julio de 2007
Declaraciones de Eduardo Bandrés, Presidente del Real Zaragoza (Marca)
De la incertidumbre a la ilusión (Heraldo de Aragón)
Entrevista a Sergío García (El Periódico de Aragón)
Entrevista a César Sánchez en AS
David Generelo ha vuelto con el objetivo de ganarse la renovación (El Periódico de Aragón)
Entrevista a Oliveira en "El Periódico de Aragón"
"Víctor renueva la pizarra" (Heraldo de Aragón)
Cani, la insalvable añoranza
Cani merecía un futuro más cálido. Su clase, su elegancia, la capacidad para inventar con el cuerpo lo que sólo está en la mente del estudioso le hacían depositario del vigor del combatiente ajeno al miedo a tener miedo. Sólo quienes han visto la luz de la magia del fútbol se atreven a dibujar las imposibles líneas que su pie demandaba. En las carpetas de nuestro pasado guardamos los quiebros atrevidos que sólo él decidía proponer, las fintas a veces imprudentes con que enfurecía a sus impotentes adversarios y los, para muchos, insensatos pases que no todos eran capaces de interpretar.
En ocasiones la grada manifestaba un agreste desacuerdo con su filosofía futbolística, con su apuesta diagonal y dislocada. Sin embargo, esa misma grada aceptó el abrazo al Cielo que supuso aquel desconcertante pase a Villa para convertirlo en un cuarto gol al Villarreal, el descarado regalo a Ewerton para que superara a Casillas o la descarnada vaselina que surcó la noche gallega en aquel partido ante el Deportivo en Riazor. Todo esto es fútbol; mejor, es Fútbol. Sabor, jugosa fantasía, arte en medio de la barbarie, párrafos íntimos de un diario escrito a fuerza de imaginarlo.
Cani, yo lo sé, estaba destinado a ocupar un lugar amado en el Retablo Mayor del Zaragocismo. Cani, para mí tengo que él también lo sabe, fue zarandeado por las fieras bocanadas del destino, de un destino manejado por los dueños de las ilusiones ajenas. Y esto que escribo me ayuda a secar la lágrima que todo hombre debe derramar cuando alguien se convierte en su insalvable añoranza.
Vídeo de la presentación de Oliveira
lunes, 23 de julio de 2007
Entrevista a Cani en AS
Entrevista a Ángel Lafita en AS
Oliveira, presentado a la afición zaragocista
Entrevista a César Sánchez en "Heraldo de Aragón"
Entrevista a César Sánchez en "El Periódico de Aragón"
Oliveira ya está aquí
Entrevista a César Sánchez en "EQUIPO"
domingo, 22 de julio de 2007
Entrevista a Víctor Fernández en AS
sábado, 21 de julio de 2007
Entrevista a Víctor Fernández en "El Periódico de Aragón"
Agapito actúa en el fichaje de Coloccini
viernes, 20 de julio de 2007
Rueda de Prensa de Víctor Fernández
Vídeo de la presentación de Matuzalem.
Vídeo de la presentación de Pavón.
Vídeo de la presentación de Ayala.
Vídeo de la presentación de Paredes
Vídeo de la presentación de Gabi.
Matuzalem, la discordia encendida
Hace mucho tiempo, en un país lejano, habitaba una estrella fugaz que acostaba su fulgor en las laderas del ingenio. Su cuerpo procuraba recorridos imaginados y su cabeza menuda albergaba sonrisas amplias provocadoras que lograban alterar el nervio del adversario y, a veces, la templanza de los propios. Un día, esa estrella fugaz inquieta y a menudo mágica quiso cambiar el rumbo de los planetas y le dijo al dios que gobernaba sus días que los caminos andados le quedaban estrechos y necesitaba recorrer valles más amplios y escuchar voces más recias.
El Real Zaragoza comienza la pretemporada (Heraldo de Aragón)
Matuzalem muestra sus credenciales (Diario Equipo)
Matuzalem, presentado a la afición zaragocista
Francelino Matuzalem fue presentado a la afición del Real Zaragoza en el Estadio de la Romareda.
miércoles, 18 de julio de 2007
III Encuentro de Peñas Zaragocistas en Alcorisa (Teruel) - Julio, 2003
(por Juan Antonio Pérez-Bello)
He pringao como el que más
En el verano de 2002 el cabello de Pepe Formento lucía un azul desvivido. Su/mi/tu/nuestro Real Zaragoza le acababa de dar la patada más triste a su gloriosa historia y los rancios céspedes las decaídas gradas de los campos d fútbol de 2ª División se aprestaban a acoger a todo un Campeón de Europa venido a nada. Aún así, bajo los arcos de la plaza de Alcorisa me confesaba que el III Encuentro de Peñas Zaragocistas se iba a celebrar en Julio de 203 en nuestro pueblo.
El primer fin de semana de Julio fue el momento elegido para cnvocar a las peñas zaragocistas en Alcorisa. Un sábado gris y tormentoso abrió las puertas a aquellos supporters blanquiazules que pisaron nuestras calles con la sonrisa dibujada en el cachirulo y las ganas de resirar historia y futuro. La recepción en el Ayuntamiento, en el que fue el primer acto institucional importante que presidió la nueva corporación, y la inauguración de la expoición de fotografías del maestro Calvo edrós fueron los dos actos que sirvieron para inaugurar el Encuentro. Y fue la exposición, precisamente, uno de los momentos mágicos del fin de semana. Porque allí descubrimos muchos de los presentes hasta qué punto nuestra memoria personal está ligada a los goles, triunfos y hermosos ritos comunales que ha propiciado el Real Zaragoza.
Antonio Calvo Pedrós junto a Pepe Formento
La cámara de Calvo Pedrós ha servido para propiciarnos una magnífica retrsopectiva a cuantos hemos llevdo en nuestra pequeña cartera de afectos a este equipo de fútbol y habrá que degustar, de modo más amplio y sosegado, la exposicion que está preparando para ser mostrada en Zaragoza dentro de muy poco. Y es éste ya el momento de apuntar que el Real Zaragoza es una institución que deb creerese su trascendencia social y ser consciente que en nuestra tierra es un símblo de identidad aragonesa capaz de sumar.
Entusiasmo y calor en la presentación de Ayala
Ayala, la mala reputación
Ayala es un buen jugador, competitivo, ambicioso, argentino y abundante. Acobarda el miedo, sujeta con bravura los vacíos que el ruido construye y completa los caminos que transitan las estrellas todas, las de plástico y las doradas, las que abundan en la mentira y las que escasean en la verdad. Y eso, por definición, lo convierte en digno miembro de los ejércitos formados por soldados esquinados y necesarios.
A mí me parece perfecto, ni bien ni mal; ni es el primero (Di Stefano, el magnificado Presdiente de Honor del Club Más Apoyado, Bendecido, Enaltecido, Justificado y Adulado del Siglo XX, inició este juego allá por los años cincuenta) ni será el último (y si no, al tiempo), pero sí produce cierta indignación, aunque no demasiada, que uno ya está muy viajado para indignarse por ciertas cuestiones, que los medios de comunicación nacionales hayan puesto el acento en la supuesta traición cometida por el futbolista del Real Zaragoza antes que en la relevancia que tiene para nuestro club su fichaje. Ayala, por cierto, jugador que fue pretendido en su momento por, entre otros, el C.M.A.B.E.J.A. Parece como si la noticia fuese, en efecto, procurar que Ayala se convierta en el paradigma de la ausencia de moral. Otra muesca en el revólver de la desinformación. ¡Salud Zaragocista!
Ayala, ilusionado en su presentación como nuevo jugador del Real Zaragoza
Fabián Ayala en su presentación como jugador del Real Zaragoza
lunes, 16 de julio de 2007
Victor Fernández: "Agapito (Iglesias) ha vuelto a demostrar que quiere un Zaragoza grande"
Víctor Fernández: "Los fichajes de Ayala y Oliveira dan credibilidad al proyecto"
El Ayalazo (artículo de Mariano Gistain)
El Real Zaragoza ficha a Ayala (Heraldo de Aragón"
El Real Zaragoza ficha a Ayala (El Periódico de Aragón)
martes, 10 de julio de 2007
Ayúdanos, Samuel Eto'o
El Diez, siempre el Diez
Esta es una alineación tipo en la Temporada 1973-74.
Aquella mañana de domingo cruzó, señorial, el umbral del Campo de La Camisera. Hacía frío, el cielo era gris y su abrigo loden de paño marrón cubría su cuerpo, ya he dicho que moreno. Su pelo era negro y seco y brillaba casi tanto como los ojos de los niños que nos acurrucamos bajo su estampa. Firmó autógrafos, habló con todos y siguió con una mirada fija y recta las jugadas de los futbolistas del Oliver. No perdió detalle. Aquel día volví a casa y le dije a mi padre que había estado con Arrúa y le enseñé la mano que me estrechó y le mostré la firma con su nombre. Y quise ser el diez, como años antes soñé con el diez de Villa, el Magnífico. El diez, siempre el diez.
Spot televisivo "Ser grande no es fácil"
Anuncio de Cerveza Ámbar
miércoles, 4 de julio de 2007
Al lado de esas traviesas (Real Zaragoza, 6 - Real Madrid, 1. 30 de Abril de 1975)
Pan y circo, es verdad, con partido de fútbol en la tele en vísperas de un 1º de Mayo conflictivo, pero un pan untado con la ilusión de la victoria y un circo donde los gladiadores iban vestidos de azul y blanco y sus apellidos eran Castany, Rubial, Planas, Arrúa, Diarte, Nieves, Rico, Blanco, Violeta...
Conversábamos de todo, hasta de la nada, hasta de lo que no conocíamos ni habíamos siquiera soñado; hablábamos bajo el cielo rojo del verano, bajo las puntas de las estrellas de las noches cortas, bajo el aliento de los que nos criaban y nos mandaban a las calles, a patear sonidos, lamentos, jadeos y miradas diagonales, de esas que traspasan aunque no entiendas nada. Como cuando cayó en medio de la calle un condón usado por el deseo rasposo de los dos reclutas que alquilaron el tercero B y hacían el amor con aquellas dos chavalas que estudiaban en la Universidad pero se reían como dos rayos blancos de atardecer. Pero no es eso de lo que quería hablar, sino de lo que sucedió aquella tarde del mes de abril..
Habíamos quedado citados en la esquina de la calle del pino para emprender el largo camino que nos llevaba cada quince días al campo de fútbol del equipo de la ciudad. Era un recorrido delgado, esbelto a veces, que completábamos con ritmo de cobre en formación desordenada, pero que servía para conocernos más y decorar nuestras espinillas con las piedras que saltaban a nuestro paso. Sólo faltaba Rubén, el más alto de todos, para emprender la marcha cuando aquel hombre que permanecía de pie, a unos cuantos metros de nosotros, desde hacía algunos minutos, se acercó hasta nosotros y nos preguntó si pensábamos ir al fútbol:.
- Sí.
- Pues hoy llorará el cielo. Y serán lágrimas marrones.
Yo no sé si los demás le entendieron. Yo sé que me estremecí, que era un tipo esquinado y lateral que miraba con tierra en los ojos y no me gustó nada. Y me asusté, aunque eso no es importante, porque yo era un chaval temblón y fácil para el chascarrillo de los compañeros de juegos, aunque me querían. Claro, que eso lo supe años después, como tantas otras cosas.
El hombre alto, enhiesto casi, que así escriben y sueñan los poetas, tiró una amarillenta colilla al suelo, dio media vuelta y se fue. Nosotros vimos con alivio que llegaba Rubén y también emprendimos nuestra habitual y ritual caminata, rumbo al templo de la furia colectiva. Esa tarde hablamos poco, si bien las roncas voces de Paco y Luis, los mayores que ya empezaban a cambiar la voz, servían para marcar nuestro territorio y decir con fuerza que aquel tipo no tenía media hostia y que la próxima que me lo encuentre igual le parto la cara, ¿o qué? Esa era la filosofía de Paco, qué se le va a hacer, y el tiempo marcaría su destino como no podía ser de otra forma, llevándole a la cama de una mujer que le daría cinco hijos y al taller de un explotador que le quitaría cinco vidas.
El estadio estaba lleno, lo recuerdo bien. Era un partido con doble página. Es verdad que un Zaragoza Madrid siempre ayuda a calentar el aire, pero aquel servía, además, para enfriar el latido de un 1 de Mayo que recorrería las calles de un país gobernado por un mediocre hombrecillo que decía vivir para Dios y la Historia, así, con mayúsculas. Por eso, las televisiones mostraban lo mejor del equipo del régimen y la audacia de un puñado de jóvenes que lamían la nuca del poderoso. Aquella Liga sería la del 6 a 1 a la opulencia.
Y todo pasó tal y como anunció el hombre dolmen, el alto, el enhiesto. Aquella tarde de primavera, cuando veintidós hombres luchaban por el honor de la tribu, cuando toda una ciudad abría la boca para absorber la gallardía de sus gladiadores, el cielo se cubrió de un manto vivo y ancho. Sus colores eran tan rojos como la pasión de un joven que explota su amor en el primer encuentro, como la saliva caliente de un beso largo y deseado. Así se extendió aquella propuesta de colores que, durante unos minutos, estiró la mirada de los espectadores, en un movimiento vertical de sus cabezas más parecido al asombro que al miedo, como si todos deseásemos que aquello que contemplábamos significase el fin de nada y el comienzo de todo. Fueron unos minutos, pero temblamos como niños y hasta los futbolistas detuvieron su vigor, como si quisieran mostrar que ellos, auténticos dioses en la tierra, reconociesen el poder que no puede estar en otro sitio que no sea el Cielo.
Al día siguiente, los periódicos hablaban de globos sonda, de fenómeno inexplicable, de amenazas deseadas y temidas al mismo tiempo. Hay quien se atrevió a mencionar esas naves circulares que cuadran a veces el espacio. Eso quedará, como quedó la premonición del hombre vertical, el que se acercó a un grupo de niños y les dijo que esa tarde iba a llover marrón. Se equivocó en el color, pero supo que la tierra acogería el llanto del pasado para dibujar días más luminosos. Como este que respiramos hoy.
Villa fue, es Villa
La primera vez que vi al Real Zaragoza en la Romareda corría el año 69. Aquella temporada jugaban en el Athletic de Bilbao José Ignacio Sáez, Javier Clemente y José Francisco Rojo; en el Atlético de Madrid, Luis Aragonés y Javier Iruretagoyena; Miguel Reina (padre) y Carlos Rexach lo hacían en el Barcelona, Sanchís (padre), Pirri y Zoco en el Real Madrid y Sol y Claramunt en el Valencia. Claro que todo eso, a un chaval de 7 años le daba un poco igual, porque lo que realmente le importaba era aquel traje de futbolista (así se llamaba entonces) que le acababan de regalar y que llevaba los colores con los que se emocionaba domingo a domingo: camiseta blanca y pantalón azul. Y un número: el 10.
Esa camiseta la había llevado con orgullo durante varios años Juan Manuel VILLA, un esbelto y bien plantado sevillano que formó parte de aquellos Magníficos que aun hoy hacen rebotar las sonrisas entre los zaragocistas por su magia y su sabiduría. Él, junto a Canario, Santos, Marcelino y Lapetra, pintó la historia del Zaragoza con goles diagonales y pases atrevidos, y aupó el ánimo del zaragocismo a una galaxia dura y reconfortante: la leyenda.
Hoy, más de treinta años han pasado, un relámpago vivaracho se acuesta a la orilla del Ebro. Es del Norte, traza líneas vertiginosas y mira al cielo cada vez que la inspiración le revuelve el cabello. Ese, que también firma como Villa, debe convertirse en el botón que cierre el círculo del éxito, en la llave que abra las puertas oblicuas del adversario, y hacer que su apellido sea una segunda llamarada de triunfos anunciados. Merecemos los zaragocistas que de nuevo los muchachos sueñen con ser Villa, este o aquel, tanto da, y que otra vez saluden al héroe que mira a la grada satisfecho porque el balón que ha golpeado con fuerza se ha quedado a vivir en la red del contrario.
martes, 3 de julio de 2007
El Real Zaragoza visitó Alcorisa en Agosto de 2004 (la crónica)
Y los olivos se tiñeron de blanco y azul
Minuto 1: tiro al poste de la afición.
- ¡El día más grande de la historia de Alcorisa! – acertó a exclamar aquella noche ese corazón azul y blanco que vuelve a casa cada cuanto para dejar su huella en los peñascos y los aires de nuestro pueblo
- ¿El día más grande? – me dije -- ¡Vaya! No sé lo que pensarán los esmerados miembros del C.E.L.A. de semejante afirmación.
El día más grande. Sé, apreciados lectores, que a aquella garganta, cuyo dueño posee un recorrido familiar de poderosas raíces alcorisanas, no le tembló ninguna de sus voces ni se le nubló ninguna de sus memorias. Para él, como para los dos mil recovecos de emoción que esa tarde nos citamos en el José Roca, lo que allí vivimos fue mucho más que un partido de fútbol entre esforzados atletas de carne y hueso e intangibles héroes de batallas ganadas y conquistas que vendrán.
Minuto 17: córner a favor de la organización.
Los cronistas que cubrieron el acontecimiento rasgaron sus plumas para escribir que Alcorisa había sabido organizar, con gallardía y eficacia, un evento que iba más allá que un simple encuentro amistoso de fútbol. La Peña Zaragocista “Juan Señor”, de Alcorisa, el C. D. Alcorisa y el Ayuntamiento de Alcorisa, complementados con multitud de voluntarios, habían preparado el III Trofeo Homenaje a las Peñas Zaragocistas para segur el camino iniciado hace dos años en Calamocha y que había tenido continuidad en Zuera el año pasado. Un partido de fútbol que tiene como protagonistas al Real Zaragoza y al equipo de fútbol de la localidad organizadora y que constituye una fiesta que pasa a formar parte del patrimonio cultural de la villa.
Minuto 36: falta al borde de la emoción.
En esta ocasión Alcorisa disfrutó, seguramente, del partido más esperanzador e ilusionado de todos. En primer lugar, porque en la previa del partido el Real Zaragoza ofrendó a la afición la Copa del Rey conquistada mágicamente ante el Real Madrid el pasado mes de Marzo. Además, porque el equipo crece, madura y se sostiene en el futuro, y la afición lo percibe: transpira el mañana donde pone el pie. Y añadimos que Cani, cuyo padre entrenó una de las formaciones del C.D. Alcorisa que más y mejor ha hecho vibrar nuestros colores, es uno de nuestros símbolos más amados y correspondió a todos y cada uno de los gestos de cariño con que los seguidores alcorisanos y bajoaragoneses le demostramos nuestro afecto.
Minuto 44: gol de corazón.
Si hubiera que marcar los tiempos de la jornada, comenzaríamos con el encuentro institucional con algunos de los responsables del Real Zaragoza, donde se compartieron deseos, esperanzas, propuestas y proyectos. El recorrido por alguno de los lugares emblemáticos de Alcorisa, como la Iglesia de San Sebastián, sirvió para cerrar el cálido círculo que se inició el pasado año con la celebración del III Encuentro de Peñas Zaragocistas. Y las puertas del campo comenzaron a abrirse pronto para propiciar la llegada de quienes se iban a convertir en el objeto del homenaje.
Minutos antes de comenzar a disfrutar de la presencia de los jugadores del Real Zaragoza, un nutrido grupo de jóvenes deportistas paseaban inquietos por los alrededores del túnel de vestuarios. Su aspecto indicaba su capacidad de esfuerzo y su predisposición al combate y en muchos de ellos pudimos apreciar un gesto especial al saberse actores de una obra dispuesta para el brillo de los ídolos. Hablamos de los jugadores del C.D. Alcorisa, en los que también se deposita el anhelo de una afición y que se convertían durante unas horas en los gladiadores que el Cesar había elegido a mayor gloria de los campeones. A ellos, a su sudor, a su grito de entusiasmo y su pasión por el fuerte dedicamos también estas líneas, como justo abrazo a quien trabaja por una idea de equipo y un amor al escudo.
Minuto 52: libre directo a 40 metros.
Si todo estaba dispuesto para el combate también hubo momento para el reconocimiento y la admiración. El saque de honor es un gesto que se reserva a los grandes, que se guarda para los que en algún suspiro han comido en la misma mesa que los dioses. Y si alguien así existe cuando hablamos de fútbol en Alcorisa, no puede llamarse de otro modo que Juan Antonio Señor. Por historia, por compromiso, por galanura y por sabiduría el gran centrocampista del Real Zaragoza llena los espacios del deporte en Aragón con su presencia y la memoria de su arte y esa tarde Alcorisa y “su” peña le ofrecieron el más cálido de los abrazos en la mejor forma que el deporte ha creado. Y todo eso sucede mientras esperamos que Cani, ese bocado que el Olimpo ha puesto en nuestro plato, rompa la esperanza y se sitúe en el lugar de los elegidos. Será entonces, porque seguro que será, cuando podamos decir que esa figura que será leyenda ya provocaba la sorpresa del paisaje cuando le mostraba al balón, con tan sólo seis o siete años, los caminos de lo imposible, y que eso ocurría en el José Roca, de Alcorisa.
Minuto 65: gran jugada por la banda de casa.
La fortaleza de las mentes de los guerreros que llegaron del valle arrasó el pundonor de los jugadores del Alcorisa, pero siempre diremos, y así lo contaremos a nuestros nietos, que aquellos que sufrieron la derrota se llevaron la palmada, el saludo y las palabras de aliento de quienes llevan el sello de nuestro Aragón. Y cada vez más, porque si una perla engarza este Real Zaragoza es la firmeza en la apuesta por la cantera de quien es su Director Deportivo, Miguel Pardeza, y de su entrenador, Víctor Muñoz. Mucho de casa y mucho Aragón, decimos, pues Láinez, Generelo y Soriano (aunque no jugaron), Zaparain, Cuartero, Zapater, Cani, César Jiménez, Capi y García Granero llevan la marca del cierzo por uno u otro motivo y eso hace que la grada, esa dama exigente y generosa al mismo tiempo, se enamore más fácilmente del equipo y el aplauso le surja enérgico.
Minuto 90: pitido final y banderas al viento.
Así fue, así lo vivimos, así lo sentimos ese miércoles 18 de Agosto en las laderas de los montes del zaragocismo. Por eso, ahora que termino estas líneas repletas del aroma del cuidadísimo césped del José Roca, vuelven a sonar en mí las palabras del amigo de corazón blanco y azul y alma roja y dorada cuando a la salida del campo me gritó en la lejanía:
- ¡Juan! ¡El día más grande de la historia de Alcorisa!
Y yo, la verdad, aún pienso que los amigos que formen parte del C.E.L.A. en el siglo XXII se encontrarán en ese callejón al que los tiempos les llevarán y asumirán el hermoso deber de recurrir a la memoria de los que estuvimos allí. Porque si algo cierto hubo en todo aquello es que, en efecto, es, fue, será Historia.
Juan Antonio Pérez-Bello
(Artículo publicado en BALCEI en Septiembre de 2004)