domingo, 30 de noviembre de 2008

So far away from me

Tarde de fútbol. Tarde de fútbol a lo grande. El Real Zaragoza se enfrenta al Tenerife en lo que parece ser uno de los partidos de la temporada, pues tanto aragoneses como canarios optan a todo. O mejor: optan a lo único que se pueden proponer, al ascenso.

Lamentablemente, la Segunda División, que nos ofrece cada día la cara más mísera de esto del fútbol, nos regala hoy su peor presente, pues no podremos ver el partido. Otra jornada más de tinieblas, un gramo más de oscuridad que añadir a esta triste y paupérrima temporada que sólo tiene una cosas buena: que ya queda menos.

Sin duda es el mejor partido, pero también llega en un momento complicado, pues hay que ganar por obligación, por fuerza, porque sí. Ganar para mostrarle al mundo quiénes somos. ganar para amedrentar a los adversarios,. Ganar para mirarnos al espejo mañana por la mañana y decirnos con orgullo lo guapos que somos. Y ganar porque así seguiremos durmiendo en la División de Honor, aunque sea virtualmente.

Sé que el equipo está muy bien preparado, que mentalmente cada día son más fuertes y que físicamente están muy bien. Sólo falta que apliquen la mucha calidad que tienen en esos cuatro o cinco momentos en que deberán hacerlo, tanto en defensa como en ataque, y así la victoria será más posible. Si lo hacen así, ganaremos y será un poco más corto el camino a casa. A Primera.
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jueves, 27 de noviembre de 2008

Oliveira y los Argonautas


La victoria ante el Eibar proporcionó serenidad al universo zaragocista. Los planetas que giran en torno a nuestro sol, léase prensa, afición y club, viven desde hace varios días empeñados en preparar el próximo partido y nada más, que es lo mejor que le puede pasar a un equipo de fútbol. Eso es signo de calma y propuesta de futuro, pues en esa atmósfera crece con más claridad la posibilidad de crecer. Y es que se jugó con más criterio, se logró un triunfo necesario y se abrieron varias compuertas a la seguridad y la certeza, por lo que el horizonte aparecía más cercano. Sin embargo...

Sin embargo, como no todo es ruptura de fronteras odiadas, siempre hay motivo para temer. En esta ocasión nos toca vivir el sufrimiento de una posible pérdida. Los cantos de sirena que tan divertidamente recrea hoy en su viñeta Bernal en el Diario EQUIPO atronan en el futuro de Oliveira, que es lo mismo que decir el futuro del Real Zaragoza, y ya se ha abierto la caja de los truenos, del debate en el zaragocismo, sobre la conveniencia o no de venderlo al módico precio de 35 kilos de los de ahora.

No es lo mejor que nos podía pasar. No por el debate, que uno siempre defenderá que el contraste de opiniones es necesario, ni por la posiblidad o no de perder al mejor delantero de la Liga, sino porque estas situaciones descentran a cualquier jugador y desestabilizan cualquier plantilla, y eso es justo lo que no necesitamos en estos momentos. El Real Zaragoza precisa tensión en la competición, calma chicha en el vestuario y atención en la hinchada, tres interesantes argumentos para mantener el rumbo que ahora parece que tomamos y lo demás no es sino enmarañado follaje obturando el camino que debe llevarnos a casa. A Primera.
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martes, 25 de noviembre de 2008

La cábala de lo cierto


Buenas sensaciones. Cálidas palabras han acompañado los análisis que los contertulios de las diferentes emisoras y cadenas de televisión han dedicado al real Zaragoza en las últimas horas y eso me conforta. Me agrada, me ayuda a esbozar una sonrisa templada y tenue pero agradecida y eso me gusta. Me gusta porque me gusta que me digan que esto va bien, que el equipo se fortalece, que su s pulmones acogen aire y llamas victoriosas, que su cuerpo se hace grande ante los embates de las olas tristes y gruesas de la Segunda División y que los datos son cabezones...para bien. Dos partidos sin recibir goles, un gol en tres partidos, un portero que nos da puntos y seguridad, dos delanteros que construyen gritos de victoria, un comandante, Ayala, que crece sobre su propia inmensa historia y un entrenador que aporta lo que prometió: firme lenguaje, sólidas decisiones, inacabable esperanza.

Hoy vivimos una jornada sin fronteras escabrosas, calmada y de mirada al frente, de mirada al mar que hemos de surcar para llegar al campo de batalla ajeno. Hoy Paredes habla con el gesto sereno que otorga la victoria pasada y el zaragocismo aguarda que llegue el domingo. Será un domingo sin luces, pues así es el día en que no hay partido que llevarse a la mirada y en el que sólo encontraremos las narraciones de nuestros bardos elegidos. Ortiz Remacha es el mío por una cuestión geográfica e Internet será mi elección. Así andamos en este año ocho del milenio y así recorreremos unas cuantas yardas más que nos ayudarán a acortar el camino de regreso a casa. A Primera.
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domingo, 23 de noviembre de 2008

Real Zaragoza, 3 - Eibar, 0 (Crónica del partido)

La pérgola del éxito
Mi presidente, hombre sabio y experto en esto de la vida, me pide que escriba de otro modo. Mi presidente, a quien aprecio y a quien me gusta recordarlo como "El hombre tranquilo" del zaragocismo, es un zaragocista de la cabeza al corazón. Como tú, amable lector. Como tantos. Como los que creen que subiremos. Como los que aseguran que subiremos. Como los que confían en que subiremos. Es un zaragocista de león valeroso y colores eternos, aunque él confiesa que es más "tomate" que "avispa". Mi presidente, en fin, saltó de alegría ayer cuando nuestro Real Zaragoza consiguió tres goles y tres puntos y pidió una ronda más para sus amigos blanquillos, los pocos que esta temporada nos citamos en la sede de la Peña Zaragocista "Juan Señor" de Alcorisa para saborear, casi en la soledad del desierto frío y seco de esta Segunda División, los triunfos de nuestro equipo.

En esas estábamos, en paladear la victoria, cuando hicimos bromas y nos juramos el uno al otro que volverán esos partidos que atraigan a los parroquianos hasta nuestra sede para beber cerveza, comernos unas brasas y cantar los goles que le metamos al "Madrí", al "Barsa" o al "Aleti". "Volverán, Presidente, ya lo creo que volverán", le dije con esperanza y un puntito de ansiedad. "Volverán Juan, volverán", me dijo con seguridad y esa sonrisa que siempre le acompaña. Y después de ver el partido cada vez creo más en ello.

El partido me gustó, porque vi a los jugadores como esforzados trabajadores, como leales cumplidores de su obligación. Todos y cada uno de ellos hicieron lo que debían y ninguno apartó la cara cuando se acercaba la ocasión de hacer su trabajo. López Vallejo es ya ese portero en el que yo no creía pero ante el que hoy me descubro. La defensa ha ganado en solvencia y Ayala hace raya con su gallardía y su valor; Chus cumple cada día mejor su compromiso y Pulido y Paredes firman cada tarde con sudor y voluntad faenas sobrias y correctas. En el centro del campo Zapater está recuperando el aire en unos pulmones que habían perdido volumen, pero a día de hoy se parece más a sí mismo. Hidalgo no acaba de encontrar su sitio, pero cuando sale Gabi el mundo se equilibra y el universo zaragocista recupera todo el sentido. Las bandas tienen dueños: un clarividente Jorgelópez que aun sin cerrar partidos magníficos marca la diferencia y cuando vuelva por su senda será lo mejor de este Zaragoza y un Caffa que quiere romper esa especie de maldición que habla de él sólo como jugador revulsivo. Ayer jugó todo el partido y su rosca facilitó el esplendoroso gol de Fabián Ayala (su escorzo ya lo habría querido para sí Mantegna). Y la delantera.

Ewerthon ha aprendido a bailar una mezcla de samba y jota aragonesa cada vez que marca gol y ayer lo hizo por dos veces. ¿Alguien puede desear más? Rápido, meteórico diríamos, y con una punta de diagonalidad que lo convierten en un tipo muy peligroso. Y Oliveira, que no marcó, que hace tiempo que no marca, pero cuya presencia ya es por sí sola un argumento más que sólido. Las defensas tiemblan con su presencia y de eso nos beneficiamos todos.

Partido, pues, victorioso, necesario y que habla muy bien de este Zaragoza que cada día se solidifica un poco más y convierte su candidatura en la más consistente de la categoría, esa que vemos cada vez un poco menos nuestra porque sentimos cómo se acorta el camino de regreso a casa. A Primera.
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sábado, 22 de noviembre de 2008

La gigantesca pequeñez de la alegría


Comenzó la semana con tantas dudas como nieblas ocultan tus ojos, pero el paso de los días ha hecho que la mañana me parezca más secreta que fiel. Eso me gusta.

Hablé de miedo el pasado martes ("Encontremos la sílaba justa") y expliqué por qué había notado esa emoción en el universo blanquiazul , pero algo ha sucedido, quizás nada ha sucedido, que ha hecho que las palabras de Jorgelópez, Arizmendi y, sobre todo, Marcelino aporten otro aroma a nuestra alicaída respiración. Algo me dice, algo escucho parecido a la esperanza, a la alegría de afrontar el combate con la fortaleza que proporcionan los estandartes de la necesidad. El Real Zaragoza es hoy un equipo necesitado, pero es, por encima de todas las cosas, una institucioón necesitada. La entrevista de Pedro Hernández a Marcelino en "La Jornada" y la Asamblea de Accionistas han servido para poner el dedo, el puño y hasta el alma en la llaga amenazadora de un futuro que nos aterra si no se logra el ascenso. O el Ascenso, con mayúsculas. Por eso, prietas las filas, unión insuflada por un zaragocismo obligado...¡y a ganar!

Y ha sido una semana también muy bonita para quien esto escribe. La publicación el pasado jueves, 20 de Noviembre, en el Diario EQUIPO de un artículo al que llamé "La desventura de los vencidos" ha supuesto un motivo de sencilla alegría para mí y los míos, pues escribir me gusta, disfruto con ello y nada anhela más quien expresa sus cosas a través de las palabras que verlas impresas y si lo son en un medio tan querido para mí como EQUIPO, pues estupendo. Y añado a ello que me agrada imaginar que mis frases, mis ilusiones pueden ayudar, siquiera un poquico, a acortar la longitud del camino de regreso a casa. A Primera.
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martes, 18 de noviembre de 2008

Encontremos la sílaba justa


Escuché ayer las diferentes tertulias radiofónicas que emiten las emisoras zaragozanas y aragonesas. Tres, por concretar: Cadena SER, Aragón Radio y Radio Ebro. Si alguien tuvo la misma qidea que servidor, podria constatar que hay tantas opiniones como voces, lo que me tranquiliza, pues eso me dice que somos una sociedad viva y expresiva, que no es poco según cae el viento polvoriento y misérrimo de la crisis. Sin embargo, en medio de tanto color y calor, pues afortunadamente somos un pueblo apasionado y vehemente, sí pude descubrir un fantasma que si nos descuidamos puede quedarse a vivir entre nosotros, y esa no sería una buena noticia, pues me consta que no un buen huésped: el miedo.

El miedo, en diferentes variedades, con diferentes caras, con distintos peinados, con varipintos trajes. El miedo a no subir, el miedo a desaparecer, el miedo a tener cada día más miedo. Miedo al fracaso, miedo al ridículo, miedo a la muerte, miedo a la nada. Miedo, amigos, la peor de las fiebres, el más sarnoso de los granos que nos podía salir. Miedo y pánico a no ser capaces de salir de las alcantarillas, a pudrirnos en ese territorio tan amargo para el zaragocismo y tan negro como la pena negra que es la Segunda División, llamada ahora, qué coña tiene el término, "Liga Adelante".

No sabemos que no sabemos nada. No sabemos que aunque supimos instalarnos en el limbo del glamour durante dos temporadas, la caída fue tan grande, tan dolorosa que aún sangran las heridas, esas que tan mal curamos. Y eso, en cierto modo, es lo que Marcelino nos dijo el otro día. Sin quererlo, o sí, abrió la espita de la advertencia, la misma que ofrece el adulto al niño. Sólo me queda saber si somos niños, para no hacer caso de lo que se nos dice, o estamos madurando a bofetada limpia, que a veces es una buena forma de madurar.

Sé que sabes que no me gusta la propuesta futbolística de Marcelino, pero también sé que sabes que a pesar de ello le voy a apoyar hasta el último aliento, pues he decidido que es la persona que nos puede sacar de esta ciénaga putrefacta y pestilente que amenaza con tragarnos como lo hacían las arenas movedizas con los pobres indígenas africanos en aquellas películas de Tarzán que veía la tarde de los sábados en el cine de mi Barrio Oliver. Sin piedad.

Por ello, por todo ello, mi mano abierta a la unión y a la mirada limpia. Ánimo a nuestros gladiadores, exigencia al club y aplauso unánime a poco que entre el balón en la red contraria. El sábado, otra vez, una vez más, como nunca, como siempre, a la Romareda, a comernos al Eibar. Y darle una patada a esas rocas que nos impiden ver la luz del sol desde el camino que nos lleva a casa. A Primera.
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lunes, 17 de noviembre de 2008

All together now (Ahora, todos juntos)

Hace unos días escribí un artículo que titulé "Oigo tus melodías" y en él expresaba mi afición por las tertulias deportivas y reconocía el valor del trabajo de quienes en ellas participan, pues "todos aportan su sabiduría, su experiencia y su pálpito zaragocista. A todos, mi reconocimiento y mi fidelidad, pues sus voces son los faros que alumbran el camino de regreso casa."

Sin embargo, debo decir que desde hace unas semanas percibo una atmósfera de cierta inquietud e, incluso, me atrevería a decir que de nerviosismo. Periodistas cuyas formas siempre me han agradado muestran estos días un rictus que antes me turba que me conforta, cuando lo que necesitamos los lectores-telespectadores-radioyentes zaragocistas es información, clarvidencia, horizontes anchos.

Anoche, por ejemplo, en el programa televisivo "La Jornada", Pedro Hernández entrevistó a Marcelino, entrenador del Real Zaragoza. En el transcurso de la misma, entre otros asuntos de mayor o menor relevancia, el técnico asturiano solicitó por encima de todas las cosas unidad. Unidad para afrontar la temporada, el desafío histórico al que se enfrenta el club y el zaragocismo en su conjunto, pues considera que ese espíritu unitario no existe o no es el que debiera. Unidad para lograr el único objetivo que debe guiar nuestros actos y nuestros sueños. Unidad.

La respuesta de los contertulios fue variopinta y, por supuesto, digna de todo respeto. Sin embargo no puedo por menos que señalar que no comparto la reacción de algunos de ellos. Se pidió unidad, y se contestó que esa unidad la debe fomentar el equipo, incluso el propio club, aportando más cariño y cercanía. Se pidió unidad, y se contestó que lo que ofrece ahora Marcelino no se corresponde con lo que prometió, ese fútbol moderno que propuso como contestación al fútbol predicado por Victor Fernández de toque y combinación. Se pidió unidad, y se contestó que el Zaragoza no juega bien ni está respondiendo hasta ahora a las expectativas, habida cuenta de la plantilla y entrenador con que cuenta.

Todo, absolutamente todo es respetable. Todo es defendible y cada uno tenemos nuestras razones para defender aquello en que creemos. Sin embargo, tengo para mí que se está abriendo una peligrosa brecha entre Marcelino y los medios de comunicación aragoneses, y si eso es así nada bueno nos espera. Nuestra Historia está repleta de grandes gestas y triunfos de los que senrtirnos orgullosos, pero también asoman pequeñas miserias que nos han llevado a la ciénaga del fracaso. Sé que lo que digo sale del dolor que todos compartimos desde aquel negro día de Mayo, pero me voy a atrever a pedir al zaragocismo, a unos y a otros, a quienes gestionan y a quienes opinan, a quienes juegan y a quienes informan, a quienes dirigen y a quienes contemplan cada latido zaragocista, unidad. Ahora hay una empresa, una única empresa, y no es otra que lograr el ascenso.

Y comenzaré yo mismo poniendo mi primer granito. Mejor dicho, ya comencé ayer cuando escribí el artículo titulado "La repentina sordidez", y lo vuelvo a hacer hoy mostrando mi total confianza en Marcelino y sus jugadores. A pesar de no creer en su propuesta futbolística, a pesar de preferir otros aires futbolísticos como ya es conocido si has tenido a bien leerme en alguna otra ocasión, a pesar de dudar a veces de mis jugadores. A pesar de todo ello, me subo al carro de la unidad y del esfuerzo común. Marcelino es mi entrenador y lo defenderé a muerte, como defendí a Paco Flores, a Víctor Muñoz, a Víctor Fernández y a todos los que ostentaron el león en su pecho porque en ese momento eran mis comandantes. Unidad y paso al unísono para recorrer este angosto camino de regreso a casa. A Primera.
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domingo, 16 de noviembre de 2008

Gimnástic de Tarragona, 0 - Real Zaragoza, 0


La repentina sordidez.

El Real Zaragoza empató 0 - 0 frente al Gimnástic de Tarragona en partido celebrado en la ciudada catalana correspondiente a la 12ª jornada de Segunda Divisón.

Vi el partido cómodamente sentado en el salón de mi casa zaragozana y confieso que disfruté. Volví a vivir emociones pretéritas, pues en ese mismo lugar y con esa misma luz vi hace años cómo nuestro Real Zaragoza le metía cinco goles al Real Madrid a domicilio en un partido que de vez en cuando vuelvo a ver pues de él siempre aprendo cosas. Cierto es que aquel estilo de juego no dejó marcados nuestros corazones, antes al contrario: rebota en nuestra personalidad chirría en nuestra particular forma de entender este juego, y, de hecho, renegamos de él con frecuencia. También yo. Sin embargo, será de justicia reconocer que con aquella manera de jugar el Real Zaragoza llegó a aspirar durante algunos minutos a la consecución del Campeonato de Liga por primera y única vez en su Historia y eso, amigos, no se vive muchas veces.

Escribo todo esto porque en cierta medida el partido de ayer se pareció mucho a la fórmula impuesta por Rojo durante aquellos años. Muchísimo compromiso, el mismo que vi en prácticamente todos los jugadores. Gran esfuerzo físico con constantes ayudas y apoyos. Solidez estructural, la que le ha faltado en algunos momentos a nuestro equipo. Y seriedad, mucha seriedad. O sea: la antítesis de lo que nos gusta. Ahora bien. Cada vez me convenzo más de la necesidad de cerrar los ojos a la pretensión de desear el jogo bonito y abrirlos a la metálica solidez como grupo que nuestros muchachos necesitan alcanzar. Creo que va a ser muy importante que nos olvidemos de los nombres, de lo que la Historia ha dejado en nuestra piel, un tanto ajada y magullada por los golpes de la vida. Debemos dejar a un lado la conciencia de ser los más guapos y, por ejemplo, tener los mejores delanteros del planeta y el palmarés más brillante y admirado de la categoría. Hoy, amigos, es el día en que apuesto con todas mis fuerzas por la estética fiera e inmisericorde de los ejércitos bárbaros y abandono (momentáneamente) el gusto por la belleza de los Magníficos, el arrojo de los Zaraguayos, la magia de los ochenta, el descaro de París y la desvergüenza de Montjuic. Hoy, amigos, me aferro a la propuesta que tan aplicadamente llevaron a la práctica ayer nuestros muchachos.

Es cierto que no ganamos, pero también es verdad que el Real Zaragoza ayer mostró una cara más sincera, más franca. Nos dijeron que así van a jugar, porque así hay que hacerlo si queremos subir, y que no piensan cambiar el guión. Que si nos gusta, bien, y que si no, también. Que aquí todos sabemos mucho de fútbol, pero que los únicos responsables del guiso o del desaguisado, son ellos, así que ya sabemos. Ahora ya no hay lugar al debate. Bueno, sí, podemos debatir todo lo que queramos, pero o nos tragamos el sapo de una vez (estamos en Segunda, señores, y somos de Segunda, mientras no se demuestre lo contrario) o corremos el peligro de perdernos en el limbo de las disquisiciones estériles. Y no está el horno.

Porque quiero a mi Real Zaragoza, porque vivo sin vivir en mí y tan alta vida espero, porque mi llanto ya está tan seco como la sombra que nos cubre, por todo ello, manifiesto mi fe en Marcelino y propongo, una vez más, hacer piña y expulsar los temores de nuestras alforjas, en las que, me pareceo, aún quedan demaisados recortes de periódicos del pasado y demasiadas telarañas en nuestro corazón.

Ayer el Real Zaragoza no ganó, pero dio un paso al frente. Me parece que los chicos ya se lo creen. Ahora le toca el turno a la afición, la más necesitada de ver cómo se acorta ese garabateado y ojeroso camino lleno de cardos que nos debe llevar a casa. A Primera.
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sábado, 15 de noviembre de 2008

La vida es bella


El fin de semana tiene una cara y una cruz. O por mejor escribir: el Real Zaragoza juega dos partidos en dos días. Esta frase tiene trampa, pues ni esto es la NBA ni nuestros jugadores tendrían resuello para tanto, pero lo cierto es que la entidad tiene dos compromisos consecutivos ante rivales, eso sí, de bien distinta categoría.

Hoy, sábado, el contrincante es el Nástic, que se enfrenta a nuestro Real Zragaoza en jornada de Liga. Campo difícil, como cualquiera, pues sabido es que nos cuesta más ganar un partido como visitantes que al sol salir de noche, y partido necesariamente complicado, pues las cosas están un tanto revueltas en la ciudad del Ebro. Marcelino ya protagonizó ayer una rueda de prensa en la que se dijeron cosas que aportan significados raros al entorno zaragocista y hoy más vale que se logre la victoria, porque si no puede que se nos haga de noche antes de tiempo.

Por otra parte, mañana juegan los veteranos del Real Zaragoza el tradicional encuentro organizado por ASPANOA. Lo hacen frente a los veteranos del Real Madrid y se convierten así en los protagistas de esta hermosa iniciativa que se ha convertido ya en la más brillante de las luces en medio de tanta tiniebla social. Lógicamente no hay parangón entre ambos acontecimientos: cada uno tiene su sentido y su obligación, pero sí me apetecía escribir sobe ellos pues muestran que hay vida entre tanto páramo. Siempre hay vida aunque en ocasiones no oigamos el latido de la esperanza, aunque en ocasiones no le veamos la cara al futuro, aunque en ocasiones no sintamos la cercanía de los más próximos.

Mi deseo es que hoy metamos un gol más que el contrario y el cielo vuelva a ser azul. Mi deseo es que mañana derrotemos por goleada al dolor y el cielo vuelva a ser azul. En ambos casos el fútbol será la caricia de la felicidad, la que necesitamos para acortar el camino de regreso a casa. A Primera. A la Vida.
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viernes, 14 de noviembre de 2008

Tal día como hoy

El 14 de Noviembre...

...de 2007, el Real Zaragoza caía derrotado ante el Pontevedra por 1 - 0 en partido de ida de la Copa del Rey. Las cosas no salieron nada bien aquella noche yel Real Zaragoza cosechaba su tercera derrota consecutiva en un otoño en que las nubes eran grises y el horizonte se estrechaba. "Equipo" publicaba su "El contraanálisis", y "El Periódico de Aragón"titulaba "Naufragio en Pasarón".
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El exilio de los vagabundos


Es una tarde fría y en cierto modo desamparada. Uno a la alegría que siento por lo que la vida me propone una cierta soledad de ánimo cuando pienso en mi Real Zaragoza. A ello ha contribuído la entrevista que Luis del Val le hizo a Víctor Fernández en su programa "Aquí un amigo" y que he tenido ocasión de ver hace un rato. Y me apetece hablar/escribir de ello.

Comenzaré diciendo que disfruto escuchando a Luis del Val. Su voz es la mejor compañera que cualquier palabra soñaría. Siento muy propios los párrafos que cada día dedica a los invitados de la Cadena SER y me divierten sus comentarios y sus frases jugosas y frescas. Continuaré, por otra parte, recordando mi devoción por Victor Fernández. De él he escrito en varias ocasiones ("Víctor Fernández, cerca de las traviesas", "Víctor, tu victoria es tu derrota") y siempre defendí su propuesta futbolística, así que quedo retratado. Por eso, la entrevista de anoche la he saboreado, la he disfrutado, he vuelto a ver en mi memoria las emociones que convivieron conmigo y mi zaragocismo durante los últimos meses y he vuelto a sentir el calor del orgullo de ser hincha de este equipo que me enseña el brillo de las estrellas incluso en noches largas y ásperas como la que ahora nos cubre. Una noche de trece meses y mil sorbos de hiel.

Cuando ha terminado, he acudido a mi videoteca y he abierto unos cuantos resúmenes de partidos del Real Zaragoza de diferentes épocas y en este punto debo decir que poco a poco me he hecho con una sencilla pero amena colección de imágenes zzaragocistas con las que me lo paso muy bien. Hay de todo, no crean: reportajes gloriosos y recuerdos infames, pero todo forma parte de la Historia del Real Zzaragoza, así que de nada reniego. Esta tarde le he dado al "play" del 2 - 1 frente al Atlético, del 1 - 0 del Depor y el 2 - 0 con el Real Madrid. También he vuelto a ver el 3-1 ante al Pontevedra y, en fin, otras pequeñas joyas cuya relación es un tanto extensa, así que se la ahorro al lector. Ha estado bien, créame, y créame también si le digo que estoy completamente convencido de que que volveremos a vivir emociones diferentes a las que ahora nos tiene dispuestas el presente. Sé también que el recorrido va a ser esquinado y espinado, pero será preciso que lo sintamos como propio si queremos resurgir y asomar nuestra cabeza por la tapa de la alcantarilla como hizo el Mono Burgos en aquel memorable anuncio que el Atleti hizo popular hace varios años cuando regresó del infierno.

De momento, una vez compartida esta tarde de viernes con todos ustedes, les diré que espero con ilusión y forzada esperanza el partido de mañana frente al Nástic. Habrá nubes gruesas e impertinentes cubriendo el enfrentamiento desde el minuto 1 al 94, pero tengo para mí que victorias como la de mañana, arañadas y sanguinolientas, son las necesarias para olvidar que queda mucho trecho y allanar el camino de regreso a casa. A Primera.
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martes, 11 de noviembre de 2008

Real Zaragoza, 1 - Castellón, 1 (a veces, la crónica se muere)

Apartaré la esperanza del miedo

El Real Zaragoza y el Catellón empataron 1 - 1 en partido correspondiente a la 11ª jornada del Campeonato Nacional de Liga de 2ª División. El gol de los nuestros lo marcó Ewerthon.

Me ha costado saludar a la pantalla blanca. Me ha costado decirle "aquí estoy para lo que quieras", pues este cuerpo tantas veces maltratado por el destino futbolero de nuestro Real Zaragoza cada vez encaja peor los reveses y no es cosa de acelerar el ritmo cardíaco, que este mi corazón con frecuencia me pide suavidad y ternura y desprecia las emociones fuertes que antaño disfrutara con tanto placer. Hoy, amigos, estoy apesadumbrado.

El partido fue muy feo. Los jugadores que dispusieron las armaduras que la Historia les ha encomendado no fueron dignos herederos de su pasado y una vez más renegaron de los versos que de generación en generación han transmitido los sumos sacerdotes del zaragocismo para su advocación y cumplimiento. Sé que estamos en Segunda División; sé que hay un único objetivo, que no es otro que ascender; sé que pisamos un territorio yermo y abandonado por todos los dioses que han habitado todos los cielos, pero mi memoria me obliga a exigirle al Real Zaragoza que muestre capacidad para degustar mejores licores que los brebajes que nos ofrece. No merecen sentirse portadores de nuestras esencias si no son capaces de jugar al fútbol, porque sólo así se ganan los partidos. Lo demás son discursos legítimos, pero que nunca compartiré.

El Real Zaragoza no jugó al fútbol y si esto es todo lo que nos puede ofrecer esta temporada, propongo redactar un manifiesto contra la tristeza, un manifiesto al modo dadaístya, en elq eu manifestemos nuestra fe enm este juego, en este deporte y en la forma en que la Romareda, Zaragoza y el zaragocismo entiende el fútbol. Al final, todo es una cuestión de calidad. No hay sistema, ni estrategia ni dibujo que respire por sí solo. En todos los casos necesita de intérpretes, de actores que reciten los diálogos que otros escriben para ellos pero a los que les prestan su alma y su aliento. Marcelino tiene que responder, y no me cabe duda de que lo hará, pero sus jugadores, nuestros jugadores, tienen mucho que decir. Se les ha llamado para que cumplan una gesta reservada a los héroes. Hora es de que enseñen al presente el brillo de su talento para que el futuro así se lo reconozca. Es la manera elegida por el destino para acariciar el pomo de la puerta que debemos atravesar para regresar a casa. A Primera.
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viernes, 7 de noviembre de 2008

La voz de los grandes


Dicen los cronistas deportivos de la ciudad que a Marcelino aún le duele la derrota de Gerona. Ha mostrado un semblante serio y enérgico estos días y no hay ocasión que desaproveche para recordarles a sus jugadores, finos perfiles de nácar sellados con un escudo glorioso, que ahora es tiempo de garras afiladas y colmillos ávidos de piel ajena. Ayer mismo los reunió en la Sala de Prensa de la Romareda y les presentó casi dos horas de partido muerto y sonrojante, que eso fue el encuentro frente al Gerona, seguramente con el objetivo de abrirles los ojos a la negrura de una categoría a la que de vez en cuando le damos la espalda, como negando la verdad absoluta. Lo entiendo, pues es humano no ver la evidencia cuando ésta nos araña el alma, y es comprensible que tras tres victorias consecutivas el corazón se duerma y los latidos se ralenticen. Sin embargo no hay conmiseración con los fuertes y la bofetada llega con la misma fuerza con que olvidamos que existe. Y eso pasó en Montilivi. Por eso, Marcelino aúlla en el vestuario y tala con su mirada de acero a sus muchachos. Que sea para bien.

Una de las primeras consecuencias son los cambios en la alineación. Si los despachos no lo remedian Oliveira verá el partido sentado en el palco y, por otra parte, Ayala asoma su flequillo patagónico en las filas de la retaguardia, según hemos podido intuir. Además, Arizmendi acompañaría a Ewerthon en la delantera y Jorge López jugaría en el medio centro, dando paso a Songo'o en la banda y procurando un nuevo aire a nuestro equipo. Nuevo, que uno no sabe si mejor. En cualquier caso, tengo plena confianza en Marcelino y su capacidad para exigirle al equipo más consistencia, más solidez, más esfuerzo. Aquí, queridos, no gana el más guapo, sino el mejor y el mejor tiene que demostrar que lo es cada día. Sólo de este modo podremos acortar el camino que nos lleve a casa. A Primera.

P.S.: MARCA publica hoy una interesante entrevista a Marcelino.
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miércoles, 5 de noviembre de 2008

Oigo tus melodías

Me gustan las tertulias deportivas. Me gustan porque me confortan y me acercan a la realidad de mis equipos favoritos y, sobre todo, del equipo de mis amores: el Real Zaragoza. Y me gustan porque quienes en ellas participan hablan sólo de lo que saben, y ese es un valor que yo aprecio mucho. Por contra, no me gustan esos opinadores profesionales que tan pronto se muestran como exégetas de la economía mundial como entendidos sobre escatología sociológica. Los tertulianos de deportes hablan de deportes. Punto.

Decía que me confortan. Es verdad. Provocan en mí emociones cálidas y amables, algo así como ver un episodio de "Embrujada", donde todo lo que sucede es cercano, afable, cordial. Y escucho todo lo que puedo. Es cierto que la televisión e internet me ayudan mucho, pues no vivo en Zaragoza, por lo que conecto Aragón Televisión los domingos por la noche, acudo a los podcast de aragonradio2.es o utilizo la estupenda propuesta de aupazaragoza.com, donde tienen el detalle de colgar algunas tertulias y programas de radio de interés zaragocista. ¡Gracias, amigos! ¡No sabéis el bien que hacéis al zaragocismo en la diáspora! Gracias a ellos es más fácil mantener viva la llama blanquiazul, que tan necesitada está de aliento y oxígeno.

Por supuesto hay tertulianos con los que me siento más identificado que con otros, pero todos aportan su sabiduría, su experiencia y su pálpito zaragocista. A todos, mi reconocimiento y mi fidelidad, pues sus voces son los faros que alumbran el camino de regreso casa. A Primera.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Girona, 1 - Real Zaragoza, 0 (crónica del partido)

En el abismo de la hojarasca

El Real Zaragoza ha sido derrotado por 1 - 0 por el Girona, en partido disputado en la tarde de ayer, sábado, 1 de Noviembre, correspondiente a la 9ª Jornada del Campeonato Nacional de Liga de 2ª Divsión.

No vi el partido. No vimos el partido. La razón, conocida, es que no fue televisado y, por tanto, de no desplazarnos a la capital gerundense, difícil era saber de las hazañas de nuestros guerreros. Y según hemos podido saber por los periodistas que viajaron y vieron lo sucedidos, ha sido mucho mejor no haberlo visto.

Como no sé, no escribo. Pero leo. Diario EQUIPO dice : "De Segunda", "Sonrojante, como poco", y "Vuelven los fantasmas". El Periódico de Aragón titula: "Derrota en el autobús", y "Sin función cerebral". Y Heraldo de Aragón, en fin, sentencia: "Vuelve el mal del favorito".

A uno, curtido en mil miserias y alguna que otra grandeza, la lectura de las crónicas le produce rutinaria desazón y cotidiana decepción y las palabras huyen del teclado para irse a conocer llanuras más apacibles. No me extraña que así sea porque yo vivo algo parecido. Y es que a veces me siento tan cansado...

En momentos así, abro "El Gran Álbum del Real Zaragoza" que publicó EQUIPO hace algunos años, hago "clic" en mi vídeo favorito y espero. Sé que entre todos podremos desbrozar el camino de regreso a casa. A Primera.