Pues sí, ya me gustaría que nuestro escudo, mi escudo, el de mi niñez, el de mis sonrisas, el de mi llanto, el de mi memoria, el de mis mañanas apagadas, el de mis noches encendidas, el de las palabras acabadas, el de mi música soñada, volviese a iluminar el pecho de nuestros jugadores. ¿Podrá ser?
P.S.: Recupero este post que ya publiqué el 2 de Abril de 2008.
P.S.: Recupero este post que ya publiqué el 2 de Abril de 2008.
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