domingo, 5 de abril de 2009

Real Zaragoza, 1 - Girona, 0

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Presiento que me aguarda ya el final del tiempo gris (Ana Belén)

Ayer por la mañana escribí unas líneas en un popular foro zaragocista. Lo hice tratando de derramar todo mi fervor zaragocista y procurando tender puentes entre todas las sensbilidades blanquiazules que conviven bajo este firmamento cupulado por la sombra de un león cada vez más luminoso y grandioso. Después abracé el sendero que me lleva hasta el Calvario y mientras caminaba pausadamente respirando la mañana pude emocionarme escuchando la voz acariciadora de Ana Belén. Ardió París y sentí que algo comenzaba a romperse en el aire. Quizás la negrura que nos envuelve desde el pasado 18 de Mayo. Quizás la sombría historia que amordaza nuestra Fe desde hace unos meses. Sí, sentí que el futuro nos mostraba su mejor sonrisa.

Por la tarde jugó el Real Zaragoza. No vi el partido. Disfruté de una plácida tarde con mi familia y no supe nada de fútbol durante varias horas. Cuando quedaban pocos minutos para acabar el partido sintonicé Aragón Radio justo en el momento en que circulaba con mi coche por la Calle Jerusalén de Zaragoza. Al mismo tiempo bajé la ventanilla de mi coche y fue en ese instante cuando el clamor de la Romareda se introdujo en el vehículo con la fuerza del más fiero de los cierzos y las voces endcendidas del locutor ahogaron la conversación que manteníamos los ocupantes. Braulio acababa de darle una bofetada al pesimismo tras aprovechar un inverosímil pase de Ander y la noche sonrió con la fuerza de la vida nueva.

El Real Zaragoza derrotó al Girona por 1 - 0 y consiguió, de esta manera, incluirse entre los tres primeros clasificados, siquiera fuese de forma provisional, después de varias semanas deambulando por los bosques enmarañados del fuera de combate. Y lo hizo, según he podido leer, con la garra de los desesperados y la valentía de los héroes llamados a la gloria. Y jugando bien, al parecer, en algunos tramos del partido, y confiando en todo momento en su destino y en la necesidad de creer en sí mismo. La victoria de Xerez fue muy importante, pero la de ayer era necesaria. Aún queda mucho trecho, pero lo cierto es que a izquierda y derecha del camino espinoso vamos a ir viendo caer a nuestros adversarios. Hoy unos, mañana otros, pero lo importante, lo único importante es que nosotros no desfallezcamos. Si lo logramos, la sonrisa final estará más cerca.

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1 comentario:

zaragoza dijo...

uffffff visto el partido de esta mañana del jerez aún fue mas importante el partido de ayer...