(25 de Enero de 2010)
Y porque aquí nunca pasa nada, pero un día pasará. Así que hasta que ese tiempo llegue, hasta que la Victoria se acomode entre nuestros olivos, hasta que esa madera del árbol que echa raíz por igual en medio de la ciudad que en el corazón del campo vea nacer el fruto de tantos corazones abatidos, hasta entonces, digo, este blog apaga las luces de la decepción. (leer +)
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