domingo, 7 de octubre de 2007

Vuelta a la esperanza, vuelta al combate (Real ZGZ, 3 - UD Levante, 0)


(por Juan Antonio Pérez-Bello)

Acabo de llegar a casa. Vengo de disfrutar de una cálida tarde junto a mis compañeros de devoción. Hemos tomado café, hemos discutido sobre el Real Zaragoza, hemos denostado/defendido a Víctor, hemos coreado los goles de nuestro equipo (malditas guerras mediáticas, malditas ausencias, malditas maldiciones) y hemos decidido que hablar del pasado y recordar nuestros partidos de fútbol cuando éramos zagales y no había ni porterías ni campus era una sabia elección para cerrar esta séptima jornada. Después he dedicado mi tiempo a escuchar a quien de esto sabe y ver a quien de esto entiende y concluyo una vez más, como siempre, como casi siempre: la magia del fútbol sigue siendo mi más dulce aliada y sus misterios mis cómplices más queridos. Y de algo estoy seguro: quiero al Real Zaragoza, siento su color con la misma fuerza con que me visita la tristeza o me acompaña el entusiasmo. Y lo más importante: el fútbol es una excelente pócima que me ayuda a tener amigos, a compartir mis momentos y degustar más abrazos que soledades. Para mí, la pradera más jugosa que Manitú pudiera prometer al más bravo de sus guerreros.

(a mi amigo Pascual: "Habría que estirarles de los ... si no le meten hoy tres al último". Estamos de acuerdo.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

tienes razón Pascual habia que estirarles de los cojones.
pepe