domingo, 24 de febrero de 2008

La inclemencia del corazón herido (Sevilla F.C., 5 - Real ZGZ, 0)

(por Juan Antonio Pérez Bello)

El Real Zaragoza cayó derrotado ayer frente al Sevilla por un contundente, sonrojante y humillante 5 - 0. En un partido cruelmente dominado por el equipo andaluz de principio a fin, nuestros jugadores no supieron ni pudieron afrontar con la fortaleza de ánimo suficiente uno de los partidos más importantes que nos quedaban por jugar.

Escribo estas palabras seguro como estoy de lo innecesario que es hablar del encuentro. Fue una lección de fútbol de un equipo con una extraordinaria preparacíón física, con unos conceptos adquiridos de una claridad apabullante, con una poderosa preparación psicológica, con una calidad técnica fuera de toda duda y con una confianza en las propias posibilidades propias de un grupo deportivo con objetivos, metodología y procedimientos. Vamos, lo que ahora se da en llamar "competencias básicas".

Enfrente, el Real Zaragoza. Es decir, todo lo contrario. Pero quiero explicarlo. El equipo aragonés posee calidad técnica y eso no lo discute nadie, sobre todo en delantera y en la apartado "killer", léase goleadores. Sin embargo, muestra un gran vacío físico en algunos jugadores, una endeble formación psicológica, una gran confusión conceptual y, quizás lo más importante, una inexistente confianza en sus posibilidades. El deporte, el fútbol, es físico y técnica, pero también mente, alma, corazón. Y eso, ahora y desde hace bastantes meses, no habita en las mochilas de nuestros jugadores.

Es un grupo inseguro, agotado por las muchas vicisitudes que han y hemos vivido desde el verano hasta hoy, exhausto por todo lo que les ha y nos ha pasado. Inerme, incluso. Es un grupo fuera de sí, desorientado y, lo que es peor, indolente. ¿Quiere esto decir que no hay solución? Hum...¿Quiere esto decir que ya no hay explicación? Hum... Creo que lo que esto quiere decir es que huele a azufre, que el calor de las calderas del averno comienza a dejarse notar, que las tinieblas han empezado a adueñarse de nuestras débiles candelas. Ya no hay luz, ni ilusión, ni espíritu. Ya no hay orgullo en los pechos de nuestrs jugadores y eso, estimado lector, sí que duele.

He tenido el capricho de consultar la prensa sevillana y me he encontrado esto:

Después, he abierto las ventanas de nuestras publicaciones locales y el destino me ha ofrecido "esto otro":

Edificante, ¿no? Para ilusionar, ¿a que sí? Pues eso. Y para acabar, una última reflexión. La afición zaragocista, ese inmenso cuerpo y alma blanquiazul que cada día, cada hora, cada segundo palpita por el león y su Historia, no se merece esto. No nos lo merecemos. Y alguien tendrá que decírselo a los jugadores, al cuerpo técnico, a los dirigentes y hasta a los focos de La Romareda. Espero, casi exijo, una comparecencia pública de los capitanes del equipo dando explicaciones, jurando que se van a dejar la piel por darnos la inmensa alegría de verlos morir por el Real Zaragoza y ruego a quienes ahora mismo estén tentados de pronunciar las palabras fatídicas ("esto ya lo dije yo", "se veía venir", "yo ya lo sabía") se abstengan de hacerlo y se remanguen las venas, que nos va a hacer falta la sangre de todos para sobrevivir. Y no está barato.

P.S.: Sólo como detalle estadístico. En la primera vuelta, en los cinco partidos que el Real Zaragoza se enfrentó al Sevilla, Levante, Alético de Madrid, Villarreal y Almería, se obtuvieron 12 puntos de 15 posibles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo del sábado fué..., bueno, ya lo sabes.

Encima los resultados de ayer no ayudan, porque miras la tabla y... el descenso está 2 puntos y 3 puestos por debajo.

Hay que tomar una determinación, hay que acabar con ciertas actitudes indolentes y poco comprometidas (Pavón salío sin tensión, sin ganas de ganarse un puesto,... necesita una reprimeda pública en forma de no convocatoria, para eso está Goni o Chus Herrero; Diogo debe quedarse unos cuantos días en la grada, reflexionando, pues no sólo no es el del año pasado, sino es que además no aprende de esos errores que tantas tarjetas y expulsiones cuestan).

Hay que empezar a tomar medidas de emergencia. Como dijo Irureta, fuera de casa hay que jugar de otra forma, y más con determinados rivales.

En casa hay que poner a Milito, Oliveira y Sergio García, y 8 más.
Fuera hay que poner sólo a dos (para dosificarlos), cambiar el sistema, y poner a 9 más.

Para mí, sólo César, Ayala y Zapater merecen el puesto.

Hay que darle la oportunidad a Paredes (que no sé porque no juega, pues cuando lo ha hecho no lo ha hecho nada mal), a Generelo como acompañante de Zapater, a Matu en lugar de Gabi (aunque no sea su sitio, parece tener más calidad para jugar ahí), a Valero por el "loco" Diogo,...

Y, que sea lo que tenga que ser...