Noche de luz, cielo de batalla, campo de victoria
Llevo un buen rato dándome un baño de zaragocismo. He dedicado parte de la tarde a revisar mis vídeos del Real Zaragoza, a repasar algunos temas que tenía pendientes (artículos, recortes y escritos) y, sobre todo, a releer las entrevistas que tuve ocasión de hacerles hace algunos días a Antón Castro, José Luis Violeta, Manolo Fontenla, José Luis Melero y los Hermanos Clemente, Javier y Miguel Ángel.
Mantuve estas conversaciones con todos ellos con motivo del acto que la Peña Zaragocista "Juan Señor", de Alcorisa, organizó en el marco de la Semana Cultural de Alcorisa y puedo decir que fue una tarde/noche deliciosa, cálida por las palabras de sus protagonistas y feliz por las emociones que provocó en mí y en muchos de los asistentes a la charla que noso ofrecieron. Dentro de unos días estaré en disposición de publicar estas entrevistas en este blog, pero esperaré a que aparezcan publicadas en el periódico BALCEI, pues es deber de cortesía.
Puestos ya en harina, estamos a apenas un par de horas de ese momento que deseo sea mágico de la presentación del "nuevo" Real Zaragoza de Manolo Villanova. Soy de los que me he ilusionado con él, con sus palabras, con su mensaje y con su propuesta. Soy, también de los que defiende siempre alñ entrenador del Real Zaragoza, sea quien sea, si bien debo confesar que Irureta me lo puso muy, pero que muy difícil. Su indolencia, su indiferencia, su poco entusiasmo me obligó a dudar mucho de su trabajo (no de él) y de su capacidad para "salvar la te,porada", utilizando sus propias palabras. Por eso, cuando el lunes por la tarde recibío las llamadas de mis amigos para confirmarme que había dimitido, no oculto que un suspiro salió de mi pecho, un tanto alicaído las ñutlimas semanas.
Hoy juega el Real Zaragoza ante el atlético de Madrid. Es un partido apasionante y veo en él varios elementos que lo convierten en una propuesta deportiva de primer nivel.
En primer lugar, la presencia de Villanova, campeón del zaragocismo y militante del orden, la fortaleza y el entusiasmo zaragocista. A principio de semana yo pedía en este blog, y también en una carta que publicó el Diario EQUIPO, "un motivador, un hombre con capacidad para regenerar la confianza en ellos mismos, un dinamizador de grupos, un entrenador capaz de ponerse al frente del grupo y de transmitir la fuerza que ahora mismo no tienen ni, lo que es peor, sienten". Afortunadamente ya lo tenemos.
Solicité, además, que "los jugadores y el cuerpo técnico deben ser conscientes de su importancia. Son los responsables de sustentar la Historia de una entidad, el Real Zaragoza, que forma parte de nuestros corazones. No son unos simples deportistas: son los caballeros que portan el estandarte de nuestro ser. Así pues, reponsabilidad y valentía. Bravura. Nuestros jugadores deben saber que son el Real Zaragoza y se lo tenemos que hacer saber entre todos". Esta premisa también se ha cumplido, pues no hay más que fijarse en las declaraciones de los jugadores para comprobarlo.
En tercer lugar, demandé "poner a los mejores, a los más luchadores, a los que se lo creen, a los que son capaces. A los que tienen hambre, a los que no han comido todavía y se les sabe con ganas de conquista. Es una cuestión de anhelo, de mirada al frente". Por lo que sabemos, Villanova también ha parecido leernos el pensamiento y ha elegido a los más dispuestos, con Generelo y Zapater en la recámara. Gente a la que le quema el escudo, en definitiva.
Y por último, animé a construir una nueva Puerta del Carmen hermosa y brava en plena Romareda, pues "allí estaremos todo el zaragocismo. Allí encontrarán (nuestros jugadores) el aliento que les lleve al cielo. En casa, en la Romareda, no tiene que haber ni una fisura, ni una grieta por la que se pueda colar el desánimo. En casa es donde habita el calor, el afecto, el apoyo, el "tú sí que vales". En casa, el sábado, tiene que estallar el volcán azul y blanco y recuperar el espíritu del 75 aniversario." Y así ha sido, con el propio club comandando esa apuesta facilitando entradas baratas y promoviendo un fervor que hoy será nuestro mejor aliado.
Dicho y escrito todo esto, me dispongo a afilar mi voz, apretar mi espíritu y expandir mi anhelo redivivo, pues hoy es noche de luz, cielo de batalla y campo de victoria. ¡Aúpa el Zaragoza!
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