martes, 18 de marzo de 2008

El Real Zaragoza y los medios de comunicación madrileños


Cruel soberbia

Hace algunos meses escribí un artículo en este blog que titulé "Si hubieras descubierto lo que significa 'Rosebud' " y que dediqué a la prensa local en su conjunto (aún sabiendo que toda generalización acarrea injusticia). En él expresaba: " (...) mantengo cierta reserva cuando algunos comportamientos periodísticos nos hacen sospechar que hay algo más que deseos de informar y orgullo deontológico para trasladar a los lectores la noticia." Así mismo , manifestaba: "Hace ya tiempo que echo de menos un periodismo más informativo, sin tantas tildes interesadas en los textos (algunos textos), más didáctico, con un perfume de reportero que se ha perdido."

Comprendo que no deja de ser la opinión de un simple ciudadano con sus derechos y sus deberes, que paga sus impuestos, cumple con las tareas que la sociedad le encomienda y aporta al común lo mejor de sí mismo. No deja de ser un anhelo, más o menos compartido por otras personas, pero un anhelo, al fin.

Sin embargo, hoy me veo impulsado, que no empujado, a escribir de nuevo sobre los medios de comunicación. En esta ocasión, sobre los mal llamados medios de comunicación "nacionales". Esos que tienen su sede en Madrid y/o Barcelona y que marcan las líneas editoriales y las corrientes de opinión más adecuadas a sus intereses económicos, provocando en más de una ocasión daño y dolor en significativos sectores que no tienen la fortuna de comulgar con las propuestas ideológicas, culturales, sociales o religiosas de la gran mayoría. Me refiero a ese dañino bipartidismo (y no sólo me refiero a la política) que ensombrece nuestra sociedad y que se ha instalado sin pedir permiso. Aplíquese a cuantos ámbitos de la vida se desee, pero que se sepa que hoy hablaremos de fútbol.

Eduardo Bandrés, presidente del Real Zaragoza, manifestó en la tarde y en la noche del domingo que estaba "harto" de alguna prensa madrileña y de las actuaciones arbitrales. Lo he escuchado con atención y debo decir que apoyo sus palabras y aplaudo su entereza, tanto cuando habló en El Madrigal como cuando tuvo que soportar la crueldad y las feas formas de Paco González, director de Carrusel Deportivo, en el programa de radio de la Cadena SER, "El larguero", en su edición del domingo, día 16.

El periodista de la Cadena SER irrumpió de manera extremadamente impetuosa en el programa que hasta ese momento conducía Joseba Larrañaga y, utilizando unas maneras muy poco propias de un periodista de su prestigio, acosó, acorraló y agredió verbalmente a quien en esos momentos era un invitado del programa. Un invitado insigne, añado, pues se trataba del Presidente de un Club de Fútbol de Primera División, representante de una afición que merece consideración, emblema de un sentimiento, dueño de una Historia, enseña de emociones compartidas. Eduardo Bandrés, quien es, por añadidura, persona educada, formada intelectual y moralmente, ejemplo de moderación y saber estar. De ello, de todo ello, doy fe. Obvio, para que nadie se moleste, su filiación política, que en el caso que nos ocupa tiene poca o nula relevancia; obvio, también, el juicio a su gestión, criticable como todo en la vida y que puede ser aplaudida o cuestionada. Sin embargo, no me queda más remedio que lamentar las formas utilizadas por el Sr. González, quien es dueño de expresiones tales como "estaba escuchando en la redacción y me estaba calentando", que es la que empleó para presentarse en el programa.

Pero todo esto, con ser importante, no evita el fondo de la cuestión. Eduardo Bandrés utilizó una afortunada frase, que a mi modo de ver permite comprender la esencia de la protesta y la reivindicación. Me refiero a esta: "Ustedes creen que el fútbol empieza y termina en Madrid". Encierra tal sustancia, dice tanta verdad en tan pocas palabras, que uno no puedo por menos que estremecerse con diversos episodios que el Real Zaragoza y tantos otros equipos o clubes (no pensemos que somos los únicos damnificados) han protagonizado sin que hasta ahora nadie, o casi nadie haya levantado la voz. Yo tan sólo voy a recordar el caso "Semifinal de la Copa del Rey", cuando "lo" del espíritu de Juanito. Por no añadir el tatamiento informativo que se le dió desde la mal llamada prensa "nacional" a la alevosa agresión que sufrió Francelino Matuzalem que supuso una lesión de gravedad que le ha tenido apartado durante varios meses de los terrenos de juego. Matuzalem, no se olvide, que es el jugador franquicia de este equipo.

Lo grave de todo esto no es que se persiga a tal o cual club. No creo en eso, en absoluto. La cuestión es mucho más sutil y sencilla, al mismo tiempo: trabajemos para que Real Madrid y Barcelona (y Atlético, según venga el aire) sean protagonistas de la información, pues son las entidades que nos hacen ganar dinero y nos proporcionan beneficios, eso sí, sin mirar si para lograr eso hay que elaborar este reportaje, conseguir esta entrevista, describir cómo es tal o cual afición, hablar de este o aquel posible fichaje para uno de los grandes o mirar para otro lado cuando el perjudicado es cualquier otro club que no esa uno de estos. No, yo no creo que haya una persecución. Lo que hay es peor: es na indiferencia absoluta hacia lo que no sean los dos grandes focos informativos. Lo dijo muy bien el Sr. González la otra noche: no tiene la misma repercusión una noticia generada por el Real Zaragoza que una forjada por uno de los grandes.

Y para terminar. Cuando acabó la no-entrevista, y ante el ofrecimiento que Bandrés realizó para estar a "su disposición" cuantas veces haga falta, el Sr. González se despidió, en medio de una impertinente risa contenida, con una frase que resume todo: "Pues le llamaremos más a menudo, ¿eh?, que nos ha dado mucho juego".

1 comentario:

Fernando Cruz Bello dijo...

Siento no estar de acuerdo contigo en esta ocasión: aquí como en todo el mundo, los arbitros suelen ayudar a los grandes; aquí como en todo el mundo los medios de comunicación prestan más atención a los clubes más importantes y aquí como en todo el mundo, cuando un equipo no cumple con las expectativas creadas y el descenso se ve cerca, los presidentes se ponen nerviosos y este es un claro ejemplo de nerviosismo.
Lo peor es que lanza el mensaje equivocado, la culpa de la situación actual del Zaragoza, es del Zaragoza y la mala actuación del arbitro es culpa del arbitro. Ver fantasmas donde no los hay, sólo puede distraer al Zaragoza en un momento en el que no se puede distraer