- ¿Don Matías?
- Hola, joven. ¿Qué se cuenta?
- Poca cosa, la verdad. ¿Ha leído usted la prensa de hoy?
- Sí, sí, la he leído. Y parece que suenan tambores de derrota, ¿verdad?
- Pues sí, de derrota y de las gordas. Esto asusta, ¿eh?
- Sí, asusta, pero no se crea, que esto del fútbol es algo muy inestable. Tan pronto nos llenan las portadas con mensajes catastrofistas que se deshacen en elogios. Sólo con que gane el sábado el próximo partido el Real Zaragoza...
- Ya, sí claro, pero lo malo es que tal y como jugaron el otro día no se cree nadie que eso sea posible. Y luego están los comentarios sobre la sittuación de Marcelino. No parece que le quede mucho crédito, ¿no le parece?
- Me parece, joven, me parece. Y eso me reafirma en lo que le dije ayer. Es la hora de los directivos, de los líderes. Es el momento de que salgan a la luz y se expliquen, y le expliquen a la afición qué piensan hacer, cómo ven la situación. Es lo que en USA llaman, en baloncesto, "La hora de los hombres fuertes". Ya sabe, cuando el partido llega a su último cuarto y es el momento en que los buenos del equipo se la juegan y demuestran por qué son los mejores o por qué se confía en ellos en momentos dificíles. Y este lo es. Por eso Agapito y Bandrés tendrían que salir y enviarnos un mensaje de aliento, de ilusión, de trabajo y esfuerzo común. Por cierto, ¿ha visto usted "La gran evasión"?
- ¿"La gran evasión"? Sí, claro, pero no sé a qué se refiere...
- Hay una secuencia en la película en que los prisioneros comienzan a fugarse, pero en un momento dado descubren que han calculado mal y que la salida la han excavado a seis metros del lugar adecuado. Cunde el pánico y todos comienzan a preguntarse, angustiados, cómo ha podido ocurrir y el jefe del grupo, el que hace de líder de la escapada, corta la discusión en seco: "¡Qué más da por qué ha ocurrido! ¡Ha ocurrido y ya está y ahora hay que buscar una solución!". Y es lo que hacen. Pues eso le pasa al Real Zaragoza. Es la hora de buscar soluciones, de mostrarse unidos y de creerse todos juntos que esto es posible, y este movimiento de unidad lo tiene que promover Agapito. Y lo tiene que hacer ya. Si lo hacen yo creo que se puede reconducir la situación y creo que
al final subiremos. Pero en fin, ya sabe que esto del fútbol...
- Sí, Don Matías, esto del fútbol...Bueno, no le canso más. Y cuídese, que el zaragocismo le necesita.
- Y yo al zaragocismo, joven, y yo al zaragocismo.
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- Hola, joven. ¿Qué se cuenta?
- Poca cosa, la verdad. ¿Ha leído usted la prensa de hoy?
- Sí, sí, la he leído. Y parece que suenan tambores de derrota, ¿verdad?
- Pues sí, de derrota y de las gordas. Esto asusta, ¿eh?
- Sí, asusta, pero no se crea, que esto del fútbol es algo muy inestable. Tan pronto nos llenan las portadas con mensajes catastrofistas que se deshacen en elogios. Sólo con que gane el sábado el próximo partido el Real Zaragoza...
- Ya, sí claro, pero lo malo es que tal y como jugaron el otro día no se cree nadie que eso sea posible. Y luego están los comentarios sobre la sittuación de Marcelino. No parece que le quede mucho crédito, ¿no le parece?
- Me parece, joven, me parece. Y eso me reafirma en lo que le dije ayer. Es la hora de los directivos, de los líderes. Es el momento de que salgan a la luz y se expliquen, y le expliquen a la afición qué piensan hacer, cómo ven la situación. Es lo que en USA llaman, en baloncesto, "La hora de los hombres fuertes". Ya sabe, cuando el partido llega a su último cuarto y es el momento en que los buenos del equipo se la juegan y demuestran por qué son los mejores o por qué se confía en ellos en momentos dificíles. Y este lo es. Por eso Agapito y Bandrés tendrían que salir y enviarnos un mensaje de aliento, de ilusión, de trabajo y esfuerzo común. Por cierto, ¿ha visto usted "La gran evasión"?
- ¿"La gran evasión"? Sí, claro, pero no sé a qué se refiere...
- Hay una secuencia en la película en que los prisioneros comienzan a fugarse, pero en un momento dado descubren que han calculado mal y que la salida la han excavado a seis metros del lugar adecuado. Cunde el pánico y todos comienzan a preguntarse, angustiados, cómo ha podido ocurrir y el jefe del grupo, el que hace de líder de la escapada, corta la discusión en seco: "¡Qué más da por qué ha ocurrido! ¡Ha ocurrido y ya está y ahora hay que buscar una solución!". Y es lo que hacen. Pues eso le pasa al Real Zaragoza. Es la hora de buscar soluciones, de mostrarse unidos y de creerse todos juntos que esto es posible, y este movimiento de unidad lo tiene que promover Agapito. Y lo tiene que hacer ya. Si lo hacen yo creo que se puede reconducir la situación y creo que
al final subiremos. Pero en fin, ya sabe que esto del fútbol...
- Sí, Don Matías, esto del fútbol...Bueno, no le canso más. Y cuídese, que el zaragocismo le necesita.
- Y yo al zaragocismo, joven, y yo al zaragocismo.
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