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Regreso hoy de unas breves vacaciones. Han sido unos días alejado del universo azul que es el latido de nuestro Real Zaragoza en los que he podido disfrutar de otros aromas y otros sabores, siempre, eso sí, junto a quien más me quiere y a quien mejor quiero. Hoy, sábado, ya es víspera de muchas cosas. Mañana, por ejemplo, juega el Real Zaragoza su primer partido de pretemporada frente al Palencia y uno ya comienza a sentir el cosquilleo de la competición, que es la vida que nos da contrastar tus fuerzas con las del adeversario y esa emoción no se puede comparar con casi nada en la vida.
Hoy regreso y lo primero que he hecho ha sido averiguar cómo han sido estos días, qué ha ocurrido y en qué situación se encuentra la construcción de la plantilla que ha de defender esta temporada la Historia zaragocista. Y hay varios aspectos que comentar.
El primero de ellos la calidad de los fichajes. La llegada de Pennant, Carrizo, Uche y Aguilar no deja dudas de por dónde van los tiros. Son jugadores de calidad, jóvenes, ambiciosos y con ganas de triunfar. Justamente el camino que ha seguido el Real Zaragoza a lo largo de su historia y que le ha llevado hasta en cinco ocasiones a tocar el cielo con el alma. De ello ya escribimos en su momento en un artículo que titulé "Tenemos filosofía, tenemos camino" , por lo que no deseo añadir nada más.
Otro aspecto es el de las posibles salidas. La noticia más sólida parece ser el fichaje de Zapater por el Genoa. Esto del fútbol es un mar insondable del que, por cierto, sabemos más bien poco. Suele estar rodeado de confidencias, pactos secretos e informaciones ocultas por la hojarasca de los subterráneos, así que nunca entenderemos ni sabremos si Alberto quiere irse, si lo echan, si lo venden contra su voluntad o está loco por irse. A mí me gustaría que se quedase, pues creo que su lugar en el mundo se llama Real Zaragoza, pero mucho me temo que eso no será posible. ¿Error? ¿Destino? ¿La vida es así?
Y mientras tanto, mañana hay partido. Contra el Palencia. Será un partido bonito, aunque sólo sea porque es el primero de una temporada que, estoy seguro, nos reserva hermosas emociones de color azul. Como nuestro aire.
Hoy regreso y lo primero que he hecho ha sido averiguar cómo han sido estos días, qué ha ocurrido y en qué situación se encuentra la construcción de la plantilla que ha de defender esta temporada la Historia zaragocista. Y hay varios aspectos que comentar.
El primero de ellos la calidad de los fichajes. La llegada de Pennant, Carrizo, Uche y Aguilar no deja dudas de por dónde van los tiros. Son jugadores de calidad, jóvenes, ambiciosos y con ganas de triunfar. Justamente el camino que ha seguido el Real Zaragoza a lo largo de su historia y que le ha llevado hasta en cinco ocasiones a tocar el cielo con el alma. De ello ya escribimos en su momento en un artículo que titulé "Tenemos filosofía, tenemos camino" , por lo que no deseo añadir nada más.
Otro aspecto es el de las posibles salidas. La noticia más sólida parece ser el fichaje de Zapater por el Genoa. Esto del fútbol es un mar insondable del que, por cierto, sabemos más bien poco. Suele estar rodeado de confidencias, pactos secretos e informaciones ocultas por la hojarasca de los subterráneos, así que nunca entenderemos ni sabremos si Alberto quiere irse, si lo echan, si lo venden contra su voluntad o está loco por irse. A mí me gustaría que se quedase, pues creo que su lugar en el mundo se llama Real Zaragoza, pero mucho me temo que eso no será posible. ¿Error? ¿Destino? ¿La vida es así?
Y mientras tanto, mañana hay partido. Contra el Palencia. Será un partido bonito, aunque sólo sea porque es el primero de una temporada que, estoy seguro, nos reserva hermosas emociones de color azul. Como nuestro aire.
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