lunes, 28 de febrero de 2011
domingo, 27 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
Hace un tiempo fui audaz
viernes, 18 de febrero de 2011
martes, 15 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
Una ráfaga de aire frío (Hércules, 2 - Real Zaragoza, 1)
Desde treinta metros se ha visto venir un vendaval que en diez minutos ha derribado las tenues murallas zaragocistas. Desde treinta metros ha llegado el Armagedón que ha destrozado la breve sonrisa que habíamos fabricado en el minuto cuatro. Desde treinta metros, desde la cercana lejanía del horizonte soñado, hemos construido nuestra ya demasiado conocida destrucción. Hoy le hemos regalado la vida a un adversario que teníamos bajo la bota y que en estos momentos respira con el aire que le hemos aportado. De nada.
El partido ha comenzado con la buena noticia de un gol prematuro logrado por un Braulio que, hoy sí, ha cumplido con su obligación de delantero. Los primeros minutos el equipo ha usurpado el balón al contrario y ha mostrado un gesto fornido y aseado que alentaba la expectativa de una victoria anhelada y muy necesaria. Ha sido un gol de ganadores, un gol de equipo victorioso, pero, extrañamente, no ha sido el mejor argumento para un equipo demasiado acostumbrado al sufrimiento. Tener el partido de cara ha podido ser la peor noticia, pues a los quince minutos el equipo blanquillo le ha regalado el balón al Hércules, un grupo que maneja la bola como muy pocos y que tiene jugadores de gran calidad, entre los que estaba destacando muy por encima de los demás el inestable y, a veces, genial Tote. Entre líneas nos dolía aunque no llegaba con claridad y eso pudo hacernos creer que había ya mucho hecho.
No encontramos muchos argumentos para destacar el trabajo de nadie. Si acaso el buen trabajo de Ponzio y el incansable esfuerzo de Braulio que, un partido más, aportaba razones para su titularidad, sobre todo hoy, día en que ha goleado y ha trabajo singularmente, como viene haciendo en los últimos encuentros. La defensa mostraba su cara lavada, pero de ahí hacia arriba, muy poco. Desconocido Ander, ineficaz Lafita, blando Boutahar…Ni siquiera Gabi ha aportado carácter en estos primeros cuarenta y cinco minutos. Todo ello no eran razones para esperar una segunda parte tranquila, toda vez que se notaba una preocupante relajación ofensiva y se constataba un porcentaje muy pobre de posesión.
La segunda parte ha sido, en efecto, una prolongación de la primera. A los diez minutos Aguirre ha cambiado a Lafita por Bertolo, pero no se ha notado ninguna mejoría. Al poco, Sinama ha sustituido a Braulio, pero no se ha notado ninguna mejoría. Por último, N’Daw ha debutado invitando al vestuario a Boutahar, en una clara apuesta defensiva, y se ha notado un empeoramiento. Porque el Hércules seguía, como un niño maleducado, quedándose con el balón y no nos dejaba jugar. El territorio entre líneas seguía teniendo un único dueño, Tote, quien seguía trabajando maléfica y magistralmente a favor de sus compañeros. Y por si fuera poco un grandioso Farinós crecía poco a poco, casi sin molestar, para llegar a los últimos minutos con una idea en la cabeza: lograr un gol, un gran gol que le resarciese ante la Historia de aquel penalty que erró hace dos años y nos permitió a nosotros tocar con el alma la Primera División.
El gol, el enorme gol logrado por el castellonense no sólo ha levantado el espíritu del Rico Pérez, sino que ha hundido a nuestros pacatos jugadores, que han bajado los brazos y arrastrado el espíritu por el césped, permitiendo que, otra vez Farinós, le entregase el cuero a un killer llamado Trezeguet que estará más allá que acá, que ya lo habrá hecho todo en este mundo redondo y demencial que es el universo Fútbol, pero le sobra clase para controlar un pase de la escuela Aragón y fusilar a un indefenso Franco. Para fusilar al zaragocismo.
El precio de la derrota lo hemos pagado con nuestra indolencia, con nuestra tristeza futbolística, con nuestra dimisión como grupo futbolístico. Si Aguirre les ha pedido que había que luchar el segundo gol es claro que o no saben o no quieren, quédese el amable lector con la posibilidad menos dolorosa. Porque hoy hemos roto el sueño que habíamos cosido con hilo de niebla después de varias victorias logradas con lágrimas de madera. Y esto, hermanos, no ha hecho más que empezar.
Leo Franco: 2. No ha tenido demasiado trabajo y los dos balones con peligro que le han llegado han sido gol, aunque no se le puede responsabilizar de ellos.
Diogo: 1. Ha fallado en defensa en varias ocasiones y en ataque no ha aportado casi nada. No es, desde luego, mi lateral.
Jarosik: 1. Hoy no. Hoy Jiri no ha estado a la altura. Ha errado en el segundo gol y no ha mostrado la seguridad que se le exige.
Contini: 2. Ha estado más adecuado que su pareja de baile. Sin embargo, no ha sido determinante defensivamente.
Obradovic: 2. En defensa ha cumplido, si bien tiene una salida de balón mejor de lo que hoy ha demostrado.
Ponzio: 2. Mejor la primera que la segunda parte. No ha ofrecido sensación de seguridad, aunque sigue siendo imprescindible en su labor como “cinco”.
Gabi: 2. Sigue en su línea de trabajo y compromiso. Es verdad que, como el grupo ha crecido, ahora destaca menos, pero su presencia es necesaria.
Boutahar: 1. Suyo ha sido el centro del gol y en los primeros minutos ha querido enseñarnos la clase que se le adivina, pero ha estado muy blandito.
Ander: 1. Insustancial. No ha aportado trabajo, ni talento ni calidad. Muy perdido y fallón en el pase.
Lafita: 1. El zaragozano ha jugado un partido mediocre. O no le llegan balones en condiciones o no sabe jugar donde se le pone, pero no ha terminado ni una sola jugada.
Braulio: 3. Quizás el mejor. Ha goleado y su trabajo ofensivo, fijando a la defensa y abriendo huecos, es impagable. Lástima de delantero centro goleador al que podría acompañar.
Bertolo: 1. Muy poca cosa. Un par de jugadas en las que ha encarado y un remate inocuo. No ha sido el extremo descarado y solvente de otras veces.
Sinama: 1. Se le suponía frescura y atrevimiento, pero ha sido un islote insustancial en la delantera. Sólo un remate y una jugada de ataque que ha desperdiciado son su bagaje.
N’Daw: S.C.