martes, 29 de enero de 2008

VÍDEO: Real Zaragoza, 3 - Real Murcia, 1



Después de muchas, demasiadas semanas sin colgar un vídeo (debido, evidentemente, a que no le ganábamos ni al Tornos), recuperamos la sana costumbre de publicar los reportajes de nuestro Real Zaragoza, gracias a la gentileza de nuestros amigos de aupazaragoza.com. Es como si uno adivinase, al volver la esquina, la sombra de la novia que se fue. Mientras hay vida, hay esperanza y tornamos a la vida con este reportaje de la victoria sobre el Real Murcia.


VÍDEO: Real Zaragoza, 3 - Real Murcia, 1




Santos: el segundo suspiro que se nos va


No hay agua en el mar ni viento en el cielo capaz de bendecir la altura humana de quien ayer nos ha dejado. Eleuterio Santos ha decidido no esperar más a reunirse con Carlos Lapetra en el césped Magnífico que el Creador ha preparado para ellos con el mimo de la Eternidad y por el que podrán volver a combinar balones imposibles y jugadas no creíbles para cualquier mortal.

Santos es la segunda estrella del firmamento zaragocista de los Magníficos que se nos apaga y para quienes tuvimos ocasión de admirar su juego hoy es un día sin luz ni horizonte. Quien durante los años 60 decidió recorrer con la gallardía del canario indómito la banda derecha de la Romareda se merece un homenaje púrpura y esbelto, como su cuerpo, como su mirada gruesa y en relieve, y eso deberá ser así por parte del Real Zaragoza, que lo hará el próximo domingo, y por todo Aragón, pues si Santos resplandeció en aquel grupo esdrújulo como jugador, también lo hace ahora como persona y como aragonés, que no de otra forma se le puede llamar a quien ruega que sus cenizas vuelen desde la lejana Tenerife hasta las orillas del Ebro, donde serán depositadas por expreso deseo suyo.

Los tres que nos quedan, Canario, Villa y Marcelino, nos ofrecen sus palabras amables y llenas de afecto hacia el amigo yermo, pues para los tres era como un hermano, sobre todo para el primero, con quien siempre que venía a Zaragoza coincidía y con el que esperaba disfrutar de la Expo de Zaragoza. sin embargo, las frases se han quedado mudas, hundidas en la arena de la pena por la muerte de quien se quiere y a quien nunca más volveremos a ver. Bueno, ellos sí, porque la Romareda, a la que le quedan pocos años de vida también, será reconstruida en el Cielo, para que el zaragocismo pueda seguir acudiendo al templo en el que este canario espigado y nunca ausente construyó las sonrisas más anchas con su fútbol y su presencia.

sábado, 26 de enero de 2008

La tarde incontenible



Prudencia, calma, esperanza. La semana ha sido para guardarla en el baúl del pánico, en ese armario que todos tenemos en el desván y que abrimos de vez en cuando para remover los amasijos que el recuerdo ha ido depositando en él, y por eso mismo parece que ha pasado una eternidad. Pero no. El lunes nos acostamos con un equipo encendido por el triunfo ante el Murcia y un técnico que llamaba a la puerta del éxito razonable, pero el martes el sol se quedó a dormir y se nos hizo de noche. Garitano, derrumbado, mortecino, inánime, dejaba que la vida se le fuese por las palabras y dejaba al zaragocismo sin comandante. No tengo motivos para no creerle, así como no tengo razones para no creer al Presidente, por lo que que doy el OK a los mensajes recibidos y me froto los ojos. El club, ágil y diligente, presenta al nuevo entrenador y ya no nos quedan fuerzas para decir que sí o decir que no. Sólo elevamos suavemente la mirada, nos encogemos de hombros y pensamos junto a los compañeros: hay que apoyar a Irureta.


Los periódicos comienzan a dibujar un paisaje más jovial entre los jugadores. Nos cuentan que el vasco, el segundo vasco de la semana, está logrando que vuelvan las bromas, que la alegría presida el trabajo y las bromas acompañen cada gota de sudor. Y nos lo cuentan con un empeño especial, con mucho interés. Con demasiado, yo diría. Pero no estamos para tontadas, así que lo aceptamos y miramos hacia el domingo. Trabajo, esfuerzo, conceptos, más trabajo... D'Alessandro se queda en tierra porque quiere cruzar el océano y mañana no hay más estandarte que la victoria. Si ganamos, el aire será más limpio. Si ganamos.

jueves, 24 de enero de 2008

Una buena noticia: ¡tenemos muñegote en el guiñol!



Estimado y paciente lector: me es grato abrir el baúl de las sonrisas en medio de tanta nube borde (me permito la aragonesa expresión, je) para compartir contigo una noticia que nos abrirá un poco las orejas. Resulta que esto de tener de entrenador a Irureta trae consigo que ya somos mediáticos, quiero decir, acabamos de entrar en el universo "Guiñol", y eso mola, así que ¡hala!, "¡a disfrutalo"!.

miércoles, 23 de enero de 2008

Un equipo alcanzado por el rayo


Es tarde. Este miércoles ha cubierto sobradamente cualquier expectativa y demasiadas emociones vividas en tan pocas horas hacen que el cansancio ocupe cuerpo y alma sin apenas hueco entre el ánimo y la desilusión.

Hemos podido escuchar muchas y variadas opiniones, con varias líneas argumentales bien definidas, cada una con una apuesta informativa que se aleja o se acerca a nuestra opinión a conveniencia. Sin embargo, uno ya peina canas (aunque pocas, para desesperación de mis colegas), arruga el alma ante las emociones fuertes y no desea que el riesgo gratuito se instale en mi almohada, así que opto por la prudencia, la mesura y, en muchos casos, la desconfianza ante los mensajes que llenan los buzones de blogs, webs, periódicos y foros más o menos respetables. Y dicho esto, manifiesto mi única fe.

Fe en el trabajo. Aquí estamos para jugar al fútbol y ganar partidos. Lo demás, morralla.

Fe en el esfuerzo. Nos debemos, se deben a un escudo, una camiseta y una Historia. Lo demás, melodías apagadas.

Fe en el compromiso. Nuestros jugadores, técnico y directivos nos deben una a esta afición golpeada, mancillada y desilusionada. Nos la deben.

Fe en el zaragocismo. En el zaragocismo de corazón, de memoria, de emoción sincera, de sentimiento agrupado en torno a un único grito (y léase que escribo "grito" y no "voz"): ¡Aúpa el Zaragoza!

Fe en la fe. Es lo único que no podemos perder, es lo único que no debemos despreciar, es lo único que debe acompañarnos hasta el final de nuestros días, es la única compañera a la que le debemos lealtad. Lo demás, plástico en el alma, chatarra en en el corazón.

Hoy ha sido un día oblicuo, diagonal y encogido. Mañana es el primer aliento de un hermoso y bien ganado futuro. El león de nuestro escudo no se merece ni una lágrima más.

martes, 22 de enero de 2008

Noche sin techo

Pasan las horas y cada vez sabemos menos. Si consideramos que no sabíamos nada, resolvemos que sabemos menos que nada. He leído varios artículos e informaciones, he escuchado las respectivas ruedas de prensa y repasado decenas de posts en varios foroas zaragocistas y sólo puedo decir que sigo sin comprender casi nada. Se ha instalado el zaragocismo en una nube de sospechas densas como la niebla que se acomoda estos días en el Valle del Ebro y eso es lo peor que nos podía pasar. Conjeturas más o menos razonables, reflexiones en uno u otro sentido, o en todos a la vez, acusaciones medievales cargadas de fuego redentor. De todo eso tenemos mucho, pero la estupefacción sigue siendo la mejor de las compañeras en estos momentos en que todos somos nadie y nadie es todos juntos.

D'alessandro va ganando puntos en esta abstrusa carrera hacia el absurdo como principal causante de la tragedia, pero ni Agapito ni Bandrés ni Garitano ni Pardeza ni Herrera salen limpios y todos y cada uno de ellos se llevan a casa alguna mancha más o menos putrefacta y pestilente. Incluso la sombra de Victor Fernández acompaña nuestra tristeza, en unos casos como mártir sacrificado y en otros como demonio culpable de todos nuestros males.

Al Real Zaragoza le está ocurriendo lo peor: ahora mismo es un club al que nadie vendría ni por todo el otro del mundo, tal es el caos que nos (des)gobierna y no hay un cristiano que sea capaz de juntar dos frases coherentes para explicar este galimatías. Malos tiempos para ser vividos con un mínimo de esperanza, sobre todo si los líderes del proyecto muestran una imagen tan patética como la que nos han ofrecido. No, señores, no necesitamos campeones de la incredulidad, sino apóstoles de la fe, y eso, queridos, me refiero a la fe, no abunda precisamente por estos lares.

¿Dónde ha ido mi corazón? Que me lo devuelva el viento.

Ayer viví una mañana leída y una tarde escrita. Ayer junté mis recuerdos de niño zaragocista con dos leyendas vivas y risueñas, que tuvieron la nobleza como alma acompañada; acogí una noche más la tertulia que me propuso el defensor de la mar adormecida; escuché la palabra eléctrica de quien más rápido describe la fortaleza que otorga ser de Aragón y abrí mis ojos ya distintos a los que conociste para apreciar el esfuerzo de dos amantes del amor al Real Zaragoza. Ayer viví todo esto que os cuento porque Alcorisa acogió a seis briznas de césped zaragocista en el seno de su Semana Cultural.

José Luis Violeta, Manolo Fontenla, Antón Castro, José Luis Melero, Javier Clemente y Miguel Ángel Clemente hablaron del Real Zaragoza y abrieron nuestras sonrisas con mensajes de esperanza. Contaron sus inicios, sus triunfos, sus anhelos, sus decepciones; nos hablaron de futuro, de proyectos, de grandeza, de emociones; nos ofrecieron lo mejor de sí mismos y nosotros, deseosos amantes, incompletos soñadores, aceptamos su desafío y nos lo llevamos a casa descuidados e ignorantes de lo que en esos momentos estaba sucediendo en el corazón del club.

A la misma hora en que despedíamos, sonrientes y confiados, a nuestros ilustres huéspedes, el volcán de las miserias rugía bajo la tierra y vomitaba toneladas de miedo, desdicha y desconcierto. Garitano presentaba su dimisión y los centuriones del club se veían incapaces de evitar la quiebra de las fronteras del Imperio Blanquiazul. Y mi sueño se convertía en oscura tiniebla que rompe las murallas del orgullo. Lo que yo tenía pensado ofreceros, un completo reportaje fotográfico y audiovisual de lo que ayer vivimos en Alcorisa, espera en el cajón de mi sorpresa. Sólo deseo que los dioses abran su mano y pueda, muy pronto, olvidar esta despreciable pesadilla.

jueves, 17 de enero de 2008

Se nace cada día

Y cada rayo de sol es un mensaje de futuro. El Real Zaragoza acaba de vivir sus diei horribili debido a la desacertada decisión del Consejo de Administración de destituir a Victor Fernández en el menos afortunado de los momentos y sustituirlo por Ander Garitano en el menos apropiado de los instantes. Toda una cortina de humo negro se ha instalado en el horizonte zaragocista y poderosos vientos nacidos en el Moncayo o en la Cordillera del Sentido Común deberán llegar a nuestra ribera para limpiar el paisaje, huraño como un anciano resentido, agostado como una mala cosecha.

Ayer jugó el Real Zaragoza el partido de vuelta de los Octavos de Final de la Copa del Rey y pocas veces he sentido mayor bochorno (¿se me entiende?) ni he deseado con más ganas que un partido finalizase. Ver a nuestros jugadores no-correr, no-luchar, no-pugnar, no-batallar, no-ganarse el respeto del rival produjo en mi corazón resquebrajado un sentimiento de pena inmenso como hacía años no vivía. Y no sólo por lo que estaba presenciando, sino porque no sentía el calor de ninguna luz venidera. Vi a Ander luchar contra unos molinos enormes, gigantescos, demoledores. Vi a Ander impregnar de impotencia el escudo que con tanto afán defendió durante seis temporadas y que venía siendo su fiel brújula estos últimos años en su faceta de entrenador de las categoría inferiores y ahora como máximo responsable del equipo. Y lo vi y casi me vengo abajo.

En este blog he escrito en muchas ocasiones con el entusiasmo por bandera, con el ánimo como estandarte, con el empuje que da una emoción sostenida a lo largo de muchos años, pero ni son modos ni me gustan las maneras. Por eso, y porque siento a este club como algo muy propio, digo que queda un mundo, que nos merecemos, todos, algo más, mucho más, y que hoy empieza la Liga. Hoy empieza la vida. Y lo digo porque lo creo. Y porque si no lo creyese debería apagar la luz.

miércoles, 16 de enero de 2008

No hay duelo, sólo camino lento

Si puedo medir el calor de tu emoción diré que no hay peor frío que el que no se siente. Y eso ha sucedido en los jardines del zaragocismo. Ha sido tan temido, tan indeseado el desarrollo de los acontecimientos que un temblor alejado de los sentimientos ha recorrido el adormecido corazón blanquiazul.

La destitución de Víctor Fernández es una mala noticia. Es un horrendo mensaje que llega a todas y cada una de las cancillerías que conforman nuestra hinchada acompañado por una guadaña afilada y sanguinaria. Nos dejó atónitos. Y creo no estar muy alejado de la realidad si digo que un manto de incredulidad nos cubrió. Es cierto que hubo voces de alivio y frases de triunfo, pues es sabido que un sector de los medios de comunicación y parte de la afición deseaban la marcha de Víctor desde hace mucho tiempo, pero también es verdad que un sector muy significativo del zaragocismo temblaban ante semejante posibilidad.

Y es una mala noticia por lo que significa. porque quiere decir que hemos fracasado, todos; porque se nos ha partido el proyecto por la mitad; porque alguien, o algo, nos ha devuelto a la maleza de la mediocridad y de un manotazo ha destrozado nuestra ilusión y nos ha dicho, sin piedad, que todo era un espejismo. que seguimos siendo pobres, cabezudos y vulgares y que nos dejemos de tontadas y sigamos suspirando por la Copa de Ferias, por el gol de Nayim y el galacticazo de Galletti. O sea, por el pasado.

Porque el futuro se ha ido, nos ha abandonado, ha preferido el glamour de los guapos de verdad, los que siempre se quedan con la chica y además se lo dicen a todo el mundo. Regreso a Brideshead, regreso al desierto gris y seco de un club que a la menor ha tirado por la borda el aliento de una Historia cada vez más alejada del futuro.

No voy a pedir perdón. No lloraré si hoy nos elimina el Racing ni daré saltos de alegría si pasamos a cuartos de final. Sólo le diré a mis noches que el Real Zaragoza es el club de mis amores y por él trabajaré. Desde la palabra y desde el encuentro. Como el que tendrá lugar el próximo lunes, día 21, a las 18'45 horas en el Centro Cultural "Valero Lecha" , de Alcorisa. Y os lo contaré.

Hello, happiness

Quiero, me apetece y me lo merezco. En tiempos de tristeza y desesperanza abro mi baúl, rebusco en él con las ganas del adolescente que anhela un roce deseado y pulso "play" en mi memoria. Y sale esto. Deseo compartirlo con los zaragocistas que tienen a bien abrir este blog y cierro los puños en la esperanza de que los buenos tiempos para la lírica están a punto de llegar. ¡Aúpa el Zaragoza!

domingo, 13 de enero de 2008

Víctor, tu victoria es tu derrota

(Víctor Fernández, destituído)

Has roto, Víctor, la línea del horizonte. La noche siempre es más noche cuando hay silencio en lugar de fragor y eso ha sucedido hoy. La pradera eterna que es la Romareda, tu Romareda, la que te conoció con medio cuerpo fuera de las gradas para abrazarte a Arrúa segundos después de haber roto la malla de Iríbar, te ha regalado esta tarde la más elegante de sus despedidas, es decir, la que no se produce.

No era tarde de adiós, era tarde de leve desolación, si la desolación puede ser leve. pero no de desesperanza ni de incredulidad. Tus soldados han caído debilitados por la duda, por un titubeo casi eterno que se ha quedado a vivir entre ellos, pero no han dejado de ser sabios. Quien en momentos de tiniebla reclama la llegada de la luz no se merece que degraden a su comandante, y quien más voces ha escrito estas semanas ha sido una afición ejemplar, paciente, discreta y animosa que con cada breve momento de gloria que ha vivido ha sabido aupar el pecho de sus jugadores.

Tendré más palabras para darte. Será cuando haya día.

sábado, 12 de enero de 2008

Waterloo fue en domingo. Hoy es domingo.


(por Juan Antonio Pérez-Bello)

He regresado. El viaje de vuelta desde Teruel ha sido dulce y callado, como las estepas de Fuentes Calientes, o plácido y melodioso, como la ribera del Alfambra. El viaje ha sido, como todos, como siempre, el mejor amigo de esta mañana amplia y generosa en su luz y su tiempo detenido.

He disfrutado con un partido de fútbol de cadetes, aunque el resultado, como suele suceder cuando jugamos de visitante, no ha sido el deseado. Hemos perdido; han perdido. Y resulta curioso que nuestros muchachos me han recordado mucho al Real Zaragoza: por su capacidad para hacer fútbol bonito y su disposición al fallo ante la portería contraria. Nuestros chicos han debido "ensuciar" el partido, en afortunada expresión de Roberto Fabián Ayala, pero han preferido abrir la ventana de casa para que por ella entrase el adversario y nos robase el escaso botín de la primera parte. "Igualico, igualico" que nuestro Real Zaragoza: han comenzado ganando y en apenas un minuto han encajado dos goles...y adiós. Habrá que aprender.

Mañana juega el Real Zaragoza el primero de una serie de tres partidos. De los resultados que obtenga dependerá que hablemos del anuncio de borrascosos horizontes o de un esperado amanecer que ofrecerá futuros de diamante. Hay ansiedad, esperanza, angustia e ilusión, todo a partes iguales, pero mañana es un día para retomar el discurso que alumbramos con motivo del partido contra Osasuna, hace ya varios meses. Aquel domingo...

Aquel domingo, 23 de Septiembre escribimos: "Llega el domingo y con él la mandíbula tersa, los puños cerrados y el pecho acerado, dispuesto a la victoria, no por necesaria menos codiciada, y las plegarias recitadas con rabiosa disposición. Hoy es domingo, pero mañana no puede ser viernes. Hay que abrir los ojos a la redención y darle cien patadas al desánimo, la tristeza y la pusilánime esperanza que a veces nos acompaña. Ya no es tiempo de construcciones soñadas ni futuros que aún no son. Es el tiempo de plantar la bandera en las filas enemigas. Hoy no hay amigos, sino adversarios a los que vencer. Hoy, Mallorca no quiere decir sol y amor añorado, sino el papiro en el que escribir nuestro mañana si queremos ser grandes". Hoy es 13 de Enero y las velas de mi galera no pueden ser negras.

Hoy viajo a Teruel

Son las 8:30 de la mañana. Hoy viajo a Teruel. El fútbol se ha convertido en los últimos años en un compañero casi inseparable de mis días y hasta de mis noches y esta mañana toca disfrutar de un partido de fútbol cadete en el que veintitantos chavales pelearán con nobleza y bravura por la victoria. Al final del partido habrá sonrisas de complicidad o torcidos gestos de contrariedad, pero lo cierto es que nuestros chicos (hablo del equipo propio, claro está) habrán recorrido otro breve pero importante trecho en ese camino nunca acabado que es su educación y su crecimiento personal.

Hoy viajo a Teruel y deseo que nuestros muchachos ganen. Y lo deseo porque esto del fútbol, del deporte en defintiiva, consiste en escribir los párrafos más rectos si se obtiene la victoria pero también en comprobra cómo las palabras más certeras se emborronan si la derrota se queda a vivir con nosotros. Así son las cosas; así es el deporte. Y el fútbol.

martes, 8 de enero de 2008

Andrés D'Alessandro, el paladín de la nada

Andrés es rápido como la espuma de la montaña. Se siente capaz de aglutinar las bocanadas de los rivales que, fragmentados por su listeza, galopan tras de él con la lengua convertida en hierro negro. Caben en sus piernas todos los relámpagos que el cielo es capaz de construir, como si el yunque de Hefaistos escupiera el fuego que le sobra y con él se forjase el más inesperado de los regates. Su mirada es arrugada, dibujada con recodos imposibles y en ella se lee la ambición de quien nunca ve el final del camino y sí un horizonte inalcanzable.

Su pecho es fino y escueto y su boca, embargada por un gesto desapacible, parece anunciar la tormenta que nunca se anuncia pero acaba por estallar. Tiene una espalda menor en la que se acuesta el número que sólo los dioses se dignan acoger: el 10, el mismo diez de Villa y de Arrúa, dos de los destellos que han alumbrado la Historia del real Zaragoza y que aún aproximan su alma por la Romareda cuando el destino se nos ofrece triste. Y aquí nos detenemos, aquí fijamos las líneas de nuestro retrato para decirle a Andrés, para recordarle a Andrés que ese diez tiene oro en cada cifra, que lleva la luz de quien hizo de su zaragocismo una presencia en este mundo y por eso no puede ser manchado ni herido por actos toscos y egoístas. Ese diez es un altar en sí mismo y no cabe el sacrilegio, sino el sacrificio. Cabe el amor, la pasión, la solidaridad y el trabajo, a veces sin aplauso, a veces con el silencio como compañero, pero que si logra complacer a quien lo añora, a su afición, verdadero pilar del león, quizás consiga ser el digno dueño de la camiseta que lo acoge. Aquí vale ser zaragocista. Aquí no vale ser uno; vale ser todos.

lunes, 7 de enero de 2008

Seremos leyenda (Real Madrid, 2 - Real ZGZ, 0)

El Real Zaragoza se ha enfrentado al equipo más apoyado, mimado, cuidado, halagado, obsequiado, acariciado, atendido y agasajado de España. Ha perdido por dos goles a cero pero tengo la certeza de que este partido será recordado durante mucho tiempo por la memoria zaragocista. Y lo será por varios motivos: porque se jugó muy bien, porque se mostró como un equipo equilibrado, solidario y esforzado, porque fue capaz de mostrar al mundo todo el talento que posee en cada uno de sus jugadores y porque sólo la excepcional actuación de Casillas y el mortífero veneno que proponen sus delanteros fueron capaces de doblegar a un altivo y descarado Real Zaragoza.

En ocasiones así uno debe agarrarse a la lujuriosa capacidad futbolística de su equipo y tiene la obligación de olvidarse del rival (algo muy habitual, por cierto, en los alrededores mediáticos de los grandes equipos: nunca el contrario lo ha hecho muy bien, sino que "nosotros" hemos estado muy mal), práctica esta muy sana y necesaria si queremos pisar fuerte. Así pues, diré que el mérito del adversario ha sido su portero, que es lo peor que se le puede decir a un equipo, y sobre todo si juega en su casa.

Me gusta ver el fútbol como un deporte también de datos, en el que no sólo juega el corazón, la emoción y el latido de unos colores. Por eso, si contemplamos las cifras del partido podremos concluir que el Real Zaragoza aporta números de equipo campeón y la lectura que hago es que sí, que se puede; que sí, que estamos ante un grupo unido y comprometido; que sí, que curiosamente este equipo funciona, y muy bien, sin D'Alessandro; que sí, que hay argumentos futbolísticos y físicos para alimentar la fe; que sí, que estamos ante las semanas decisivas, tal y como escribí en mi artículo "Victor Fernández, cerca de las traviesas" y que sí, que sigo confiando en el Club, en todos y cada uno de sus componentes y que días como el de ayer difícilmente se olvidan. Se perdió un partido, pero se recuperó, y creo que definitivamente, a un equipo.

domingo, 6 de enero de 2008

La carretera del trueno (Real ZGZ, 3 - Pontevedra, 1)

Jueves, 3 de Enero. Mis dos compañeros de asiento en la Romareda acaban de esfumarse. Hace apenas unos minutos que Sergio García ha marcado el tercer gol que le otorga al Real Zaragoza la posibilidad de seguir disputando la Copa del Rey, esa competición a la que tanto queremos "y que tanto nos quiere", en palabras de Victor Fernández, y los dioses me acaban de conceder, de forma piadosa, el más delicado de los presentes: el silencio de la mezquindad, el sonido del gozo compartido.

Ha sido el partido de las abundancias. Abundante miedo, abundante voluntad, abundante angustia, abundante esperanza, abundante desesperación, abundante anhelo, abundante rabia, abundante noche, abundante amanecer. El Real Zaragoza no ha jugado un partido excelso, eso cualquiera lo ha visto, ni sus jugadores han dibujado las líneas más seductoras que un equipo puede trazar. Sin embargo, este enfermo que ha renunciado hace tiempo a dejarse mecer por las manos de la muerte anunciada ha levantado la mirada, ha ofrecido su mejor músculo al infortunio y ha apartado de un manotazo la hojarasca que las tempestades ajenas han pretendido sepultarle desde el primer minuto de la temporada.

Escuchar a mis compañeros de asiento en la Romareda era como pulsar el botón "repeat" de un DVD. Era un bucle mortecino y agónico de quien sugiere la tragedia en el mismo momento del nacimiento. Expresiones como "¡A Milán!" (dedicadito a Oliveira), "Pero míralos, si es que no le echan h...!", "Toda la vida igual, si es que da po'l c... venir a verlos", "Aquí no venimos más que a sufrir", "Yo es que los manadaba a todos a tomar po'l c...", "Pero si es que el Pontevedra parece el Milan" fueron la banda sonora de un encuentro marcado por el dolor y la decepción de la temporada, pero también es cierto que uno ante la enfermedad poco consigue con simplemente lamentarse y culpar de todo al Salud, al médico o a la Ministra de Sanidad. Yo, desde luego, he optado por luchar, por animar, por acompañar a mis guerreros, por completar su esfuerzo con mis gritos de aliento...y por no girarme para verles la cara a mis compañeros de asiento (aclararé que se sientan detrás).

Minuto 89. El Real Zaragoza sufre, arrastra sus heridas, completa cada carrera como si la vida se le escapara entre las briznas del cuidadísimo césped de la Romareda. Mis compañeros de asiento, absolutamente lanzados ya, cierran su diabólico círculo de frases envenenadas y flechas verbales impregnadas de curare: "No te preocupes, qu'el cabr... este del Victor Fernandez como tiene una flor en el c..., pues eso, que algo pasará: o nos pitan un penalty a favor, o se meterán ellos un gol en propia, o lo meteremos nosotros con el c..., porque este cabr... tiene una suerte que te cag... y tendremos que aguntarlo otra semana más". Juro que una triste sonrisa se ha instalado en mi corazón, pero, por eso mismo, mis ánimos aún se han hecho más recios. "¡Vamos, chavales, vamooooooosss!" Y se ha abierto el Cielo. El espíritu de Arrúa, mi bienamado ídolo de niñez, ha pisado el área gallega y ha propiciado ese centro imposible de Gabi y ha alentado el infinito esfuerzo de Sergio García para romper la obtusa red que el Pontevedra había tejido la noche del jueves. Lo demás, lo que ya sabemos: la victoria de la fe, del empeño, del deseo adolescente, del fuego del primer beso o el vendaval que nos arrasa cuando entramos en el cuerpo de la mujer que soñamos. Tanto ha sido, tanto será.

Hoy, dentro de unas horas, el Real Zaragoza se enfrenta al Real Madrid. Trabajemos con dignidad, apoyemos (sigamos apoyando) a nuestro Real Zaragoza y soñemos que el abrazo entre Juanfran y Victor Fernández representa la verdad de nuestro equipo. Yo así lo creo.

P.S.: Estimados compañeros de asiento: quienes me conocen saben que mi artículo no habría sido muy diferente en su espíritu aunque el resultado final hubiera sido 2 - 1. Por lo demás, lamento vuestra mirada a la vida: no se la merece, no nos la merecemos quienes la miramos de frente.