(por Juan Antonio Pérez-Bello)
He regresado. El viaje de vuelta desde Teruel ha sido dulce y callado, como las estepas de Fuentes Calientes, o plácido y melodioso, como la ribera del Alfambra. El viaje ha sido, como todos, como siempre, el mejor amigo de esta mañana amplia y generosa en su luz y su tiempo detenido.
He disfrutado con un partido de fútbol de cadetes, aunque el resultado, como suele suceder cuando jugamos de visitante, no ha sido el deseado. Hemos perdido; han perdido. Y resulta curioso que nuestros muchachos me han recordado mucho al Real Zaragoza: por su capacidad para hacer fútbol bonito y su disposición al fallo ante la portería contraria. Nuestros chicos han debido "ensuciar" el partido, en afortunada expresión de Roberto Fabián Ayala, pero han preferido abrir la ventana de casa para que por ella entrase el adversario y nos robase el escaso botín de la primera parte. "Igualico, igualico" que nuestro Real Zaragoza: han comenzado ganando y en apenas un minuto han encajado dos goles...y adiós. Habrá que aprender.
Mañana juega el Real Zaragoza el primero de una serie de tres partidos. De los resultados que obtenga dependerá que hablemos del anuncio de borrascosos horizontes o de un esperado amanecer que ofrecerá futuros de diamante. Hay ansiedad, esperanza, angustia e ilusión, todo a partes iguales, pero mañana es un día para retomar el discurso que alumbramos con motivo del partido contra Osasuna, hace ya varios meses. Aquel domingo...
Aquel domingo, 23 de Septiembre escribimos: "Llega el domingo y con él la mandíbula tersa, los puños cerrados y el pecho acerado, dispuesto a la victoria, no por necesaria menos codiciada, y las plegarias recitadas con rabiosa disposición. Hoy es domingo, pero mañana no puede ser viernes. Hay que abrir los ojos a la redención y darle cien patadas al desánimo, la tristeza y la pusilánime esperanza que a veces nos acompaña. Ya no es tiempo de construcciones soñadas ni futuros que aún no son. Es el tiempo de plantar la bandera en las filas enemigas. Hoy no hay amigos, sino adversarios a los que vencer. Hoy, Mallorca no quiere decir sol y amor añorado, sino el papiro en el que escribir nuestro mañana si queremos ser grandes". Hoy es 13 de Enero y las velas de mi galera no pueden ser negras.
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