sábado, 15 de noviembre de 2008

La vida es bella


El fin de semana tiene una cara y una cruz. O por mejor escribir: el Real Zaragoza juega dos partidos en dos días. Esta frase tiene trampa, pues ni esto es la NBA ni nuestros jugadores tendrían resuello para tanto, pero lo cierto es que la entidad tiene dos compromisos consecutivos ante rivales, eso sí, de bien distinta categoría.

Hoy, sábado, el contrincante es el Nástic, que se enfrenta a nuestro Real Zragaoza en jornada de Liga. Campo difícil, como cualquiera, pues sabido es que nos cuesta más ganar un partido como visitantes que al sol salir de noche, y partido necesariamente complicado, pues las cosas están un tanto revueltas en la ciudad del Ebro. Marcelino ya protagonizó ayer una rueda de prensa en la que se dijeron cosas que aportan significados raros al entorno zaragocista y hoy más vale que se logre la victoria, porque si no puede que se nos haga de noche antes de tiempo.

Por otra parte, mañana juegan los veteranos del Real Zaragoza el tradicional encuentro organizado por ASPANOA. Lo hacen frente a los veteranos del Real Madrid y se convierten así en los protagistas de esta hermosa iniciativa que se ha convertido ya en la más brillante de las luces en medio de tanta tiniebla social. Lógicamente no hay parangón entre ambos acontecimientos: cada uno tiene su sentido y su obligación, pero sí me apetecía escribir sobe ellos pues muestran que hay vida entre tanto páramo. Siempre hay vida aunque en ocasiones no oigamos el latido de la esperanza, aunque en ocasiones no le veamos la cara al futuro, aunque en ocasiones no sintamos la cercanía de los más próximos.

Mi deseo es que hoy metamos un gol más que el contrario y el cielo vuelva a ser azul. Mi deseo es que mañana derrotemos por goleada al dolor y el cielo vuelva a ser azul. En ambos casos el fútbol será la caricia de la felicidad, la que necesitamos para acortar el camino de regreso a casa. A Primera. A la Vida.
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