Después de la última derrota en Córdoba, Marcelino no puso paños calientes a la hora de explicar la situación real en la que se encuentra el Zaragoza. "Si no somos capaces de cambiar estos resultados fuera de casa en la segunda vuelta, no vamos a ascender. Con estos números a domicilio no subimos, hay que ganar más veces o al menos empatar. Pero eso ya lo hemos valorado muchas veces en el vestuario".
Marcelino reconoció tras el partido ante el Córdoba que había ordenado a sus jugadores que iniciaran el juego desde atrás en largo. "Y luego, a jugar", remató el asturiano. Así, el pelotazo se convirtió en una acepción más de las muchas que admite el ¿estilo? del actual Real Zaragoza. En realidad, el admitido pelotazo ya figuraba al lado del contragolpe, del `a ver qué pasa´ e incluso del que predica ir a por un partido jugando la pelota, pues, para ser justos, también alguna vez, muy pocas, ha ocurrido que el equipo optase por el toque.
"Con estos números fuera de casa en la segunda vuelta no vamos a subir". La aseveración de Marcelino nada más finalizar el partido en Córdoba resuena con fuerza por la carga de seguridad que tiene. Es verdad que el Zaragoza, con los 9 puntos de 30 posibles a domicilio en la primera vuelta, vive en estos momentos en zona de ascenso, pero lo hace sometiendo al rango de final cada duelo en La Romareda y sobre todo por la irregularidad, por no decir mediocridad, de todos los aspirantes al ascenso, incluido el conjunto aragonés. En todo caso el turismo de alto riesgo que está realizando solo puede conducir a la permanencia en la categoría de plata, una tragedia en todos los sentidos.
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