sábado, 25 de octubre de 2008

La bonanza de las tardes ignoradas

No suelo mira atrás. Me parece más sugerente el paisaje que amanece con cara de porvenir que los riscos, a veces grises, siempre sepia, de las tardes acostadas junto al pasado. No miro atrás, y menos si es para acompañar el duelo propio o la tristeza ajustada a mi recuerdo. Sin embargo, hoy recupero los sucesos de la misma semana hace ahora un año y algo me dice que las riberas del Ebro se vieron sacudidas por demasiadas vanidades y eso, amigo, siempre es presagio de negrura e infortunio.

Hoy nos enfrentamos al Xerez, no al Villarreal , pero ya no me duele el ayer. Me conforta saber que ya miramos los valles y las montañas en compañía del águila; me ayuda a pasar los días conocer el rostro aguerrido de nuestros soldados, casi todos llegados de allende los mares de la tristeza, casi ninguno protagonista de nuestra derrota. Me gusta ver gestos limpios de amargura y aprender las nuevas alineaciones, cuyos nombres en nada me recuerdan el sufrimiento vivido. López Vallejo, Pignol, Pulido, Hidalgo, Jorgelópez, Arizmendi, Braulio, Caffa...son destellos nuevos con corazas más humildes pero más dispuestas no ya a la pelea, sino también a la conquista de la victoria que nunca debimos abandonar. Quiero saborear la alegría del éxito, quiero saberme grande aunque sea en la trastienda de los campos dorados de Primera; necesito sentir el miedo del adversario, la agria certeza de la derrota que muestran nuestros enemigos antes del combate. No es para siempre, pero es lo que tenemos hoy, sábado, tres horas antes de afrontar la que puede ser una nueva victoria. Si la logramos, habremos apartado unas cuantas piedras más de este a veces insoportable camino de regreso a casa. A Primera.

1 comentario:

LM dijo...

Enhorabuena por el cambio de estilo de la cabecera: más elegante ;).

Y bueno, ya ha caido también el Xerez; con mucho esfuerzo, con algo de suerte y con el renacimiento de otro jugador pelín desafortunado hasta hace dos partidos: López Vallejo.
Ganar sin jugar bien es la clave de sumar puntos y sumar animos.