(por Juan Antonio Pérez-Bello)
Porque la afición no lo merece. Porque el infierno es más infierno si hay esfuerzo sin recompensa. Porque no hay sol que resista una lágrima de infortunio. Porque nuestros valles son áridos si nuestro gesto de voluntad no lo es. Porque el león de vuestro pecho se estremece ante la derrota. Y porque se trata de olvidar el ayer, que nos duele.
No hay comentarios:
Publicar un comentario