lunes, 29 de septiembre de 2008

La voz pedregosa

Hoy, lunes, toca volver al trabajo, pero seguro que no será una sesión vulgar. Ni siquiera anodina. Han pasado suficientes cosas, buenas todas ellas, como para esperar su desarrollo con cierta expectación. Primero, la magnífica, se mire como se mire, victoria del Real Zaragoza frente al Murcia. Magnífica porque una victoria siempre deja el paladar satisfecho y el alma ensanchada y porque además se logró por la heroica y con clase, que son dos argumentos que también le prestan gozo al cuerpo. Y después, porque a pesar de todo ello, o precisamente gracias a ello, Marcelino ha descargado todas sus baterías de sinceridad y de exigencia para decir en rueda de prensa que no está contento, sino preocupado, y que "hemos dado un paso atrás".

"Un paso atrás". Hum, creo que estamos ante un personaje de otra piel y diferente latido a lo que ha pasado habitualmente por una sala de prensa. ¿Es un mensaje de cara a la galería o destinado a esas cuatro paredes denominadas con cierto deje castizo "la caseta"? Probablemente haya un poco de las dos cosas y eso le otorga a nuestro entrenador un aura de distinción que gusta aunque desoriente a los más clásicos.

Está muy claro que él quiere más y si lo quiere es porque sabe que esta plantilla lo puede dar. Y se lo va a exigir. Sí, me agrada, me conforta esa luz que ha encendido el asturiano y que ilumina ese esquinado camino que es el retorno a casa. A Primera.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Victoria. Triste, con mal juego, pero victoria, al fin y al cabo.

El Zaragoza no tiene centro del campo (¡que bien nos vendría ahora Longás!, e incluso Celades). Mucho balonazo, mucha conducción, poco pase,... Se deja todo a la inspiración de los delanteros.

De los delanteros, y de Jorge López. Grandísimo jugador. ¡Que no se constipe!.