
Estas palabras han sido inscritas en el blog que con todo el cariño de que soy capaz construyo día a día. Firmadas por el nieto de Joaquín Murillo, de quien mis mayores siempre dijeron que fue uno de los mejores y cuya figura estilizada era espejo de su humanidad y su pundonor zaragocista, son para mí un fragmento de afecto de alguien a quien no conozco pero a quien reconozco el detalle de compartir públicamente su último recuerdo hacia su abuelo. Que Joaquín Murillo, en el Cielo Azul que tantas veces acarició con su goles, encuentre el descanso deseado.
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